El misionero Fernando Bermúdez, en Alguazas
Nuestro amigo y paisano el misionero Fernando Bermúdez López, ha vuelto a su tierra unos días con motivo de su participación como ponente en el “III Encuentro de la Red Internacional de Alternativas a la Globalización del Mercado”, que se celebró en Oviedo del 20 al 25 del pasado mes de junio. Estábamos deseando verle de nuevo para darle un fraternal abrazo y charlar un rato sobre sus trabajos y proyectos en Guatemala.
Ayer tarde pudimos hacer coincidir nuestras apretadas agendas, y pasar un rato de amena charla, donde el tema de la conversación oscilaba entre viejos recuerdos y diversos temas de actualidad. Quería conocer con mayor detalle el proyecto que culminó el pasado día nueve de junio con la inauguración del complejo sistema que ha llevado agua potable hasta las precarias viviendas de la comunidad indígena Nueva Valdemar. Y digo complejo, por la larga distancia desde la fuente, unos tres kilómetros, lo accidentado del terreno y la lujuriosa vegetación que puebla aquella parte de la ladera del extinto volcán Tajumulco, cuya cumbre se alza hasta los 4.250 metros de altitud, por lo que está considerado como la mayor altura no solo de Guatemala, sino de toda Centroamérica.
Por medio de una serie de fotografías mostradas en la pantalla de un ordenador portátil, me explicó el licenciado Bermúdez López, todo el largo proceso seguido, desde concienciar a la población nativa para que actuasen como colectividad unida y así lograr mejoras comunales, hasta las distintas fases por las que pasó el asunto hasta la feliz culminación, hace casi un mes. Según su propio relato, “fue un acto muy emocionante. Llegaron el párroco, el alcalde de Tajumulco y la alcaldesa de San Pablo. Primero fuimos caminando hasta las fuentes de agua para ver y bendecir los tanques de captación, que están en plena ladera del volcán Tajumulco en medio de una vegetación exuberante y difícil de llegar. Después visitamos los tanques de distribución y todo el sistema de tuberías con sus correspondientes cajas “rompe-presión”. Verdaderamente es una obra de ingeniería por lo accidentado del terreno. Después visitamos varias casas (chozas todavía) con sus grifos. El agua baja con una presión impresionante. Ya un poco cansados y llenos de barro, tuvimos el acto en una enramada preparada para el evento, toda bien adornada. Fue muy bonito: el líder de la comunidad agradeció a la “Asociación Amigos de Guatemala de Alguazas” su solidaridad y dijo: “…eso es cumplir el Evangelio de dar de beber al sediento”, luego dirigí yo las palabras en nombre de la Asociación, después la alcaldesa de San Pablo, el alcalde de Tajumulco y, finalmente, el párroco de San Pablo. Estaba todo lleno de gente. Después nos ofrecieron una comida especial”.
También me mostró Fernando algunas imágenes de las 20 nuevas viviendas que se están construyendo para aquella gente, por concesión de FOGUAVI (del ministerio de Vivienda); aunque el proyecto es de otras 29 casas más, solicitadas a través de la “Asociación Amigos de Guatemala”. Dicho proyecto no es solo de necesidad, sino también de justicia, pues hasta ahora habitan en unas miserables chabolas de tablas y otros materiales de desecho.
Quise conocer por boca de Fernando sobre la situación laboral de aquellas gentes y sobre la propiedad del terreno, y surgieron palabras que nuestro amigo creyó que desconocíamos, pero que eran reliquias vivientes de algunas situaciones surgidas tras el descubrimiento y colonización de aquel vasto y extenso territorio. Me habló sobre una larga huelga de cinco años de aquellos encomenderos para que les aumentasen los salarios, en cuyo tiempo estuvieron sin cobrar, de la sentencia favorable, y de que no quisieron recibir en metálico lo que les correspondía, sino en tierras que fuesen de su propiedad, cosa que consiguieron.
El municipio de Tajumulco tiene una extensión territorial de tan sólo 108,889 km2, y una población de 40.072 habitantes. Predomina el grupo étnico maya-mam, que conserva mucho sus tradiciones prehispánicas, y cuya lengua materna es el mam, aunque la juventud se expresa de forma bilingüe.
Tanto Fernando como Mari Carmen, una entusiasta naturópata, están pensando regresar a España el próximo año, para quedarse definitivamente, aunque manteniendo fluido contacto con aquellas tierras y gentes, entre las que han pasado muchos años. Años que no pasan en balde, y nuestro amigo ya está sintiendo que algunas “goteras” van apareciendo en su trabajado organismo.
Feliz retorno, y hasta la próxima.
Ayer tarde pudimos hacer coincidir nuestras apretadas agendas, y pasar un rato de amena charla, donde el tema de la conversación oscilaba entre viejos recuerdos y diversos temas de actualidad. Quería conocer con mayor detalle el proyecto que culminó el pasado día nueve de junio con la inauguración del complejo sistema que ha llevado agua potable hasta las precarias viviendas de la comunidad indígena Nueva Valdemar. Y digo complejo, por la larga distancia desde la fuente, unos tres kilómetros, lo accidentado del terreno y la lujuriosa vegetación que puebla aquella parte de la ladera del extinto volcán Tajumulco, cuya cumbre se alza hasta los 4.250 metros de altitud, por lo que está considerado como la mayor altura no solo de Guatemala, sino de toda Centroamérica.
Por medio de una serie de fotografías mostradas en la pantalla de un ordenador portátil, me explicó el licenciado Bermúdez López, todo el largo proceso seguido, desde concienciar a la población nativa para que actuasen como colectividad unida y así lograr mejoras comunales, hasta las distintas fases por las que pasó el asunto hasta la feliz culminación, hace casi un mes. Según su propio relato, “fue un acto muy emocionante. Llegaron el párroco, el alcalde de Tajumulco y la alcaldesa de San Pablo. Primero fuimos caminando hasta las fuentes de agua para ver y bendecir los tanques de captación, que están en plena ladera del volcán Tajumulco en medio de una vegetación exuberante y difícil de llegar. Después visitamos los tanques de distribución y todo el sistema de tuberías con sus correspondientes cajas “rompe-presión”. Verdaderamente es una obra de ingeniería por lo accidentado del terreno. Después visitamos varias casas (chozas todavía) con sus grifos. El agua baja con una presión impresionante. Ya un poco cansados y llenos de barro, tuvimos el acto en una enramada preparada para el evento, toda bien adornada. Fue muy bonito: el líder de la comunidad agradeció a la “Asociación Amigos de Guatemala de Alguazas” su solidaridad y dijo: “…eso es cumplir el Evangelio de dar de beber al sediento”, luego dirigí yo las palabras en nombre de la Asociación, después la alcaldesa de San Pablo, el alcalde de Tajumulco y, finalmente, el párroco de San Pablo. Estaba todo lleno de gente. Después nos ofrecieron una comida especial”.
También me mostró Fernando algunas imágenes de las 20 nuevas viviendas que se están construyendo para aquella gente, por concesión de FOGUAVI (del ministerio de Vivienda); aunque el proyecto es de otras 29 casas más, solicitadas a través de la “Asociación Amigos de Guatemala”. Dicho proyecto no es solo de necesidad, sino también de justicia, pues hasta ahora habitan en unas miserables chabolas de tablas y otros materiales de desecho.
Quise conocer por boca de Fernando sobre la situación laboral de aquellas gentes y sobre la propiedad del terreno, y surgieron palabras que nuestro amigo creyó que desconocíamos, pero que eran reliquias vivientes de algunas situaciones surgidas tras el descubrimiento y colonización de aquel vasto y extenso territorio. Me habló sobre una larga huelga de cinco años de aquellos encomenderos para que les aumentasen los salarios, en cuyo tiempo estuvieron sin cobrar, de la sentencia favorable, y de que no quisieron recibir en metálico lo que les correspondía, sino en tierras que fuesen de su propiedad, cosa que consiguieron.
El municipio de Tajumulco tiene una extensión territorial de tan sólo 108,889 km2, y una población de 40.072 habitantes. Predomina el grupo étnico maya-mam, que conserva mucho sus tradiciones prehispánicas, y cuya lengua materna es el mam, aunque la juventud se expresa de forma bilingüe.
Tanto Fernando como Mari Carmen, una entusiasta naturópata, están pensando regresar a España el próximo año, para quedarse definitivamente, aunque manteniendo fluido contacto con aquellas tierras y gentes, entre las que han pasado muchos años. Años que no pasan en balde, y nuestro amigo ya está sintiendo que algunas “goteras” van apareciendo en su trabajado organismo.
Feliz retorno, y hasta la próxima.
Etiquetas: Alguazas. Noticias
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