La Candelaria y San Blas
Estamos inmersos en la celebración de una de las fiestas típicas del calendario anual. Hasta no hace muchos años casi todos los pueblos celebraban la fiesta de la Candelaria, o de la presentación en el templo, impulsada por sus respectivos ayuntamientos. Recuerda el Cronista que en Alguazas era una fiesta que siempre se festejaba, y que la Candelaria salía en procesión, portando un par de palomas, y en el trono un par de tortadas.
Se habilitaba para la ocasión la imagen de Nuestra Señora del Rosario, y participaba en el cortejo la Corporación municipal, en un ambiente festivo y sonoro, pues se disparaban numerosos cohetes y tracas, cuya pólvora se encargaba de quemar mi padre.
Como niño que entonces era, aquella festividad tenía un especial significado para mí, pues acabada la procesión las tortadas eran llevadas al Ayuntamiento, donde eran troceadas y repartidas entre los funcionarios. Naturalmente uno de aquellos trozos de tarta iba a parar a mi casa, donde yo disfrutaba de aquella delicia, manjar que no era muy habitual.
En Murcia son muy populares y típicas las fiestas que se celebran en el castizo barrio de Santa Eulalia en honor de Nuestra Señora de la Candelaria y de San Blas obispo. Es raro el año que no me doy una vuelta por dicha barriada, para palpar el ambiente festivo que se respira y sobre todo para asistir a la imposición de velas en la garganta. Tradición piadosa que se conserva desde la Edad Media, pidiendo la intercesión del santo para evitar los males de garganta.
Cuando mis hijos eran pequeños siempre los llevaba a dicho acto, y posteriormente adquiríamos los tradicionales rollicos, montaban en alguna de las atracciones festeras y volvían a casa tan contentos con sus “sanblases” colgados del cuello.
Este año el tradicional programa de fiestas ha cambiado de formato para convertirse en un interesante libro con diversos artículos de interés. Se ha formado un Consejo de Redacción formado por tres conocidos procesionistas de la Semana Santa murciana, como lo son Josefa Bastida Rodríguez, Antonio José García Romero y Néstor Lisón Briones, mi hijo, autor de las fotos que ilustran las cubiertas anterior y posterior.
Se habilitaba para la ocasión la imagen de Nuestra Señora del Rosario, y participaba en el cortejo la Corporación municipal, en un ambiente festivo y sonoro, pues se disparaban numerosos cohetes y tracas, cuya pólvora se encargaba de quemar mi padre.
Como niño que entonces era, aquella festividad tenía un especial significado para mí, pues acabada la procesión las tortadas eran llevadas al Ayuntamiento, donde eran troceadas y repartidas entre los funcionarios. Naturalmente uno de aquellos trozos de tarta iba a parar a mi casa, donde yo disfrutaba de aquella delicia, manjar que no era muy habitual.
En Murcia son muy populares y típicas las fiestas que se celebran en el castizo barrio de Santa Eulalia en honor de Nuestra Señora de la Candelaria y de San Blas obispo. Es raro el año que no me doy una vuelta por dicha barriada, para palpar el ambiente festivo que se respira y sobre todo para asistir a la imposición de velas en la garganta. Tradición piadosa que se conserva desde la Edad Media, pidiendo la intercesión del santo para evitar los males de garganta.
Cuando mis hijos eran pequeños siempre los llevaba a dicho acto, y posteriormente adquiríamos los tradicionales rollicos, montaban en alguna de las atracciones festeras y volvían a casa tan contentos con sus “sanblases” colgados del cuello.
Este año el tradicional programa de fiestas ha cambiado de formato para convertirse en un interesante libro con diversos artículos de interés. Se ha formado un Consejo de Redacción formado por tres conocidos procesionistas de la Semana Santa murciana, como lo son Josefa Bastida Rodríguez, Antonio José García Romero y Néstor Lisón Briones, mi hijo, autor de las fotos que ilustran las cubiertas anterior y posterior.
Etiquetas: Alguazas. Noticias, Murcia
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