Éxito del XVII Festival Nacional de Folclore
Asistimos ayer
noche en Alguazas a la celebración del XVII Festival
Nacional de Folclore “Villa de Alguazas” que, como cada año y con
notorio éxito, organiza la Peña Huertana “El Molinico
Alguaceño”.
En la presente
edición el conjunto invitado ha sido el Grupo de
Coros y Danzas “LOS TORRONCHOS” de la bonita localidad de Etreros
(Segovia), que devolvían la visita que el pasado agosto les hicieron nuestros
representantes.
Los
segovianos, que estuvieron atendidos en todo momento por los anfitriones, estuvieron
por la mañana en la localidad costera de Los Alcázares, donde aprovecharon para
probar sus cálidas aguas y saborear algunos aspectos de la gastronomía local.
Ante un
nutrido grupo de espectadores, presentó el festival, como viene siendo
habitual, la simpática Toñi Cantero,
que cada año se esfuerza por hacernos pasar un rato agradable.
Inició el
festival la Sección Infantil del
Grupo de Coros y Danzas “EL MOLINICO ALGUACEÑO” de Alguazas (Murcia), que
siempre que actúan despiertan el entusiasmo entre los espectadores, y muy en
particular entre sus familiares y amistades. Este año, la benjamina del grupo
no sobrepasó los cuatro años, y pese a tan corta edad, se movió muy bien por el
escenario.
Poco después
tuvo lugar la proclamación de las nuevas madrinas para el curso 2012-2013,
cargos que en la presente ocasión han recaído en Cici Lisón Cánovas, como Madrina infantil; y Emilia Martínez Cánovas, como Madrina senior. El Presidente, Pedro Barquero, les impuso las bandas
acreditativas, y las reinas salientes les hicieron entrega de sendos ramos de
flores.
Llegamos así
al momento emotivo de la noche, el de la proclamación del “Huertano del Año”, que se mantuvo en secreto
hasta el momento de abrir el correspondiente sobre que contenía el nombre de la
persona elegida. Se trata esta vez, de Juan
Corbalán Campillo, conocido popularmente como Juan “el de la Matea”, que es
uno de los miembros que componen la rondalla, donde suele tocar con uno de los
tres instrumentos de cuerda que domina. Nació en 1927, por lo que cuenta en la
actualidad con 85 años, lo que no le impide para estar cada día, como
vulgarmente se dice, “al pie del cañón”, tanto en sus actividades agrícolas,
como en las actuaciones de la peña donde quiera que esta vaya. Nombramiento
pues, muy merecido, y del que nos alegramos.
Seguidamente,
la sección titular del grupo, interpretó diversas composiciones, con la
seriedad y acierto que acostumbran. Siendo calurosamente aplaudidos.
Después tocó
el turno al grupo invitado, que en primer lugar, por medio de un representante,
mostró su satisfacción por la acogida que les habían tributado. También comentó
el calor que hacía por esta tierra, tan “lesivo” para los recios ropajes que
usan los de su grupo. Aunque añadió, que en Segovia se dice “nueve meses de invierno y tres de infierno”,
refiriéndose al clima de Castilla, extremadamente frío en invierno y
excesivamente cálido en verano.
Sus componentes, en un amplio abanico de edades que oscila entre los ocho años y los setenta "y pico", bailaron
diversas y variadas piezas del repertorio segoviano, y fueron calurosamente
aplaudidos, para premiar no solo su magnífica actuación, sino también el sudor
que estaban derrochando los componentes, que no regatearon ilusión ni esfuerzo
en ningún momento.
Cuando
abandonaron el escenario, salió de nuevo el grupo titular, que para cerrar el
festival cantó y bailó otra serie de piezas, terminando con el “Canto a Murcia”
de La Parranda, que coreó también el
público asistente, acompañando al tenor Antonio
Mondéjar.
Para
finalizar, cerca ya de las 0 horas y 30 minutos, hubo un cruce de regalos entre
ambos grupos, acrecentado con el agradecido aplauso del público, que quedó muy
contento con la actuación del grupo segoviano.
El cartel
anunciador de la XVII Edición del Festival Nacional de Folklore “Villa de
Alguazas” fue pintado en acuarela y plasma, por el artista Raúl Almagro, y recoge la típica silla de anea, adornada con
instrumentos musicales del folklore murciano; como son: la bandurria, la
pandereta y las castañuelas o postizas. En el fondo se puede distinguir el
emblemático edificio de la estación del ferrocarril.
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