Tomó posesión el Párroco de Sucina
Asistimos ayer en Sucina, a la toma de posesión del nuevo Cura Párroco
de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, el reverendo P. José-Joaquín
Izurzu Satústregui, quien el día antes había contactado con representantes de
varios colectivos para planificar los actos a celebrar el domingo nueve de
septiembre.
Había cierta expectación en la localidad, ante la llegada del nuevo
pastor, ya que en los últimos meses algunas personas, generalmente de manera
anónima, se habían ocupado en “calentar el ambiente”. Por ello se esperaba la
presencia en el evento de algunas que desde hace tiempo no frecuentaban el
templo parroquial.
La entrada de don José-Joaquín, acompañado del Vicario episcopal de la
Zona del Mar Menor, don José León León, no pasó desapercibida a muchos de los
presentes, sobre todo a aquellos que habían visto la fotografía que hace unos
días insertamos en Mirador de Alguazas, quienes lo reconocieron rápidamente.
Poco después, se efectuó la entrada procesional de ambos clérigos, a
quienes acompañaban otros tres Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús, los
Padres Javier y Luis (cuyos apellidos desconocemos aún), y Pablo Miñambres
Barbero, llegado recientemente desde Puente la Reina juntamente con el P.
Izurzu.
Don José León pronunció unas palabras introductorias, en las cuales
subrayó un agradecimiento especial a don Mariano Carretero Gómez, Párroco hasta
el día anterior, y que la semana próxima tomará posesión de su nuevo cargo en
La Puebla cartagenera; recalcando su buen hacer, en diversos aspectos de la
vida parroquial (catequesis, primeras comuniones, confirmaciones, etc.), y
dejando un templo parroquial en perfecto estado tras las obras de
rehabilitación y restauración llevadas a cabo durante su misión en Sucina.
Añadió a continuación, que la diócesis tiene un grave problema por la
falta de vocaciones sacerdotales, y este año, ante las trece bajas producidas
por fallecimientos, enfermedades y jubilaciones, solo se habían registrado tres
altas. En consecuencia, cada zona contaría con un sacerdote menos.
Generalmente, dijo, que ante las peticiones que se le dirigían pidiendo
un cura joven, simpático, gracioso, que se lleve bien con los jóvenes, etc.,
etc., repasaba la lista de los posibles e iba diciendo: Este, no, este tampoco,
este no cuadra, este no procede, y así hasta que llegaba al final de la
relación sin encontrar uno idóneo.
De todas maneras, mostró su convencimiento de que siempre habrá algunos
que digan, personalizando la Iglesia en una persona particular, y en sus
propios deseos:
- “Si me va bien vengo, y si no me va bien no vengo”.
También quiso resaltar algunas de las frases contenidas en las lecturas
del día, para comunicar, que como en ellas se dice, “Aquí hay sordos, ciegos,
cojos y mudos”… Los cuales deben dirigirse al Padre Joaquín, para pedirle que
les cure de sus sorderas, cegueras, cojeras y mudeces.
Pidió al Padre Luis, scj, que leyese el decreto de nombramiento del
nuevo párroco, efectuado lo cual, dijo que se sentía muy contento de poder
contar con él, pues ya tiene una larga experiencia de 24 años en el sacerdocio,
por lo que el próximo año, si Dios quiere, podrá celebrar en Sucina sus bodas
de plata sacerdotales.
Se acercaron a don Joaquín varios feligreses de ambos sexos y de todas
las edades, quienes se abrazaron y besaron con él en señal de bienvenida.
Seguidamente renovó en presencia de todos, las promesas que hiciera
hace 24 años, y acompañado del Vicario y de sus hermanos dehonianos, conoció la
pila bautismal, en la que tomó agua bendita y a continuación la perfumó con
incienso, el confesonario, el toque de las campanas de esta iglesia, y,
finalmente, volvió al presbiterio donde se sentó en la sede.
Se dirigió entonces al ambón y allí pronunció el Credo, finalizado el
cual rubricó dichas creencias, y en un documento preparado al efecto las firmó
y rubricó para que quedase constancia.
También leyó a continuación todas las cosas a las que se obligaba, lo
que igualmente firmó.
Y por último, aceptó ejercer de párroco de Nuestra Señora del Rosario,
de Sucina, siempre en comunicación con el Obispo. Y lo firmó y juró.
Continuó la Santa Misa, oficiada por los cinco sacerdotes, y en las preces
se pidió por los párrocos que en toda su existencia ha tenido Sucina, y que ya
han fallecido. En un momento determinado, solicitó don José León la presencia
en el presbiterio de los niños, quienes se fundieron con el párroco en un gran
abrazo, le enseñaron la ubicación del Sagrario, y una de las niñas puso en sus
manos la cajita que contenía las llaves de la morada del Santísimo.
Llegó así el momento en el que el nuevo párroco pronunció unas sentidas
palabras dirigidas a todos los presentes, entre las que dijo, que se siente un
poco asustado, por el gran misterio de la fe y por la tarea que le espera. Fe
que quiere compartir con los demás, contando con sus defectos y sus cualidades.
Terminó su intervención dando unos avisos:
· El primero, que las catequesis para la primera comunión darán
comienzo después de las fiestas patronales.
· El segundo, que las misas serán a las siguientes horas:
Miércoles, jueves, viernes y sábado, a las ocho de la tarde.
Domingos y festivos, a las 12 horas.
También dijo que el despacho parroquial estará abierto los jueves y
viernes, desde las 17:30 hasta las 19:30 horas.
Terminada la Santa Misa se cantó una salve a la Virgen del Rosario, y
posteriormente don Joaquín charló brevemente con los feligreses que quisieron hacerlo.
Luis Lisón Hernández
Cronista Oficial de Sucina
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