- Dos grupos municipales de la corporación, Partido Popular y Unidad por Alguazas (UxA), que suman un concejal más que el PSOE, han presentado una moción de censura en un ayuntamiento con los presupuestos eternamente prorrogados y con su alcalde y demás ediles sin percibir sueldos ni dietas [...]. ¿Tan difícil era entenderse entre 13 concejales?
Concejales de PP y
UxA rubrican el acuerdo de moción
3 de julio de 2020 22:14h
Pocos municipios
han asistido a semejante ejercicio de regresión desde la época de la Transición
como el de Alguazas. La actividad vital en la otrora pujante villa industrial y
conservera ha ido decayendo en estas cuatro décadas de manera tan crítica como
alarmante, hasta convertirse en una especie de ciudad-dormitorio y no porque en
ella sea fácil conciliar el sueño por los continuos sobresaltos callejeros. La
política, y sobre todo sus gobernantes, ha tenido mucho que ver en todo ello.
Baste como muestra, un botón: media docena de mociones de censura desde que en
1979 se convocaron las primeras elecciones municipales tras el franquismo.
Menudo récord; para enmarcar.
La vida en un
pueblo con menos de 10.000 habitantes, a poca distancia de urbes como Molina de
Segura o Murcia, la capital de la Región, viene condicionada en gran parte por
la actitud de sus ciudadanos. Si para colmo estos no se sienten motivados por
las propias autoridades, el camino hacia el fracaso está más que cantado y
allanado. Que casi por sistema, en todos estos años, sacar adelante un pequeño
negocio en este pueblo de la Vega Media fuera tarea casi imposible es para
mirárselo. Si acaso los supermercados y los bares, -estos últimos, no todos, y
con horarios limitados- han sido la excepción. En otoño/invierno, cuando cae el
sol en el ocaso vespertino, sus calles dejan de dar la sensación de existencia
humana, en contraste con lo que ocurre en otros municipios limítrofes donde sí
parece haber vida.
Seis mociones
de censura municipales en poco más de 40 años -una de ellas, tan
esquizofrénica, del PP contra su propio alcalde en 2001- y, por tradición, un
gobierno y una oposición que se han repelido por sistema. Este ha sido el santo
y seña de las sucesivas legislaturas en las que, por lógica, algo ha cambiado
en las infraestructuras de la localidad, faltaría más, ciertamente, si bien el
déficit emocional se ha trasladado de forma permanente al engranaje de sus
habitantes como consecuencia de la desconexión con sus políticos.
Ahora, esta
misma semana, dos grupos municipales de la corporación, Partido Popular y
Unidad por Alguazas (UxA), que suman un concejal más que el PSOE -7 frente a
6-, han presentado una nueva moción de censura en un ayuntamiento con los
presupuestos eternamente prorrogados y con su alcalde y demás ediles sin
percibir sueldos ni dietas, por desavenencias sobre esta cuestión, desde hace
más de un año. ¿Tan difícil era entenderse entre 13 concejales?
Populares e
independientes, que no fueron los más votados, formarán ahora una coalición
para gobernar, con alcaldesa del PP, 21 responsabilidades para los primeros y 6
para los segundos. La máxima que antaño esgrimieron en su filosofía los
populares, de que siempre gobernara la lista más votada, parece que se disolvió
como un azucarillo en el café. La seguridad ciudadana, argumentan, será
prioritaria en un municipio que suele aparecer en los últimos años mucho más en
la sección de sucesos de los diarios que en cualquier otra a lo largo y ancho
de sus páginas.
El próximo 17
de julio se celebrará el pleno para proceder a los relevos. Dicen los tratados
al respecto que la regresión es un mecanismo de defensa psíquico consistente en
la vuelta a un nivel anterior del desarrollo. Ajustada descripción para lo que
se ha vivido en Alguazas durante cuatro décadas, con media docena de alcaldes,
y donde algunos consideramos que, desde hace tiempo, sus políticos precisaban
con urgencia una visita al diván del psicoanalista y, siendo benévolos, como
paso previo para pedir cita urgente con el psiquiatra.