En el último pleno del
ayuntamiento de Alguazas (15 de mayo), cuando iban transcurridos una hora y
catorce minutos, aproximadamente, saltó la sorpresa. El que fuera alcalde, Blas
Ruipérez Peñalver, tomó la palabra para decir, visiblemente emocionado, que
abandonaba su escaño, que abandonaba Alguazas, y que abandonaba la política,
tras una larga etapa.
Su última actuación consistió en
dar un voto afirmativo para la aprobación de los presupuestos municipales.
Ha sido un personaje controvertido, con sus luces y sus sombras, al que considero que aún no es el momento para analizar su actuación.