El turismo en Alguazas (II)
Visitemos también nuestra destartalada estación de ferrocarril, que aún nos muestra valiosos ejemplos de la llamada arquitectura industrial de la segunda mitad del siglo XIX, y que ahora RENFE ha cedido al consistorio para que tenga una utilidad y no se venga abajo poco a poco.
A orillas del río Mula, aunque no estoy muy seguro de que exista aún, un gran murallón que nuestros antepasados construyeron en la primera mitad del siglo XIX, con mucho sudor y esfuerzo, para salvarse de las torrenciales avenidas del Riacho, que amenazaba comerse al pueblo.
Poco más allá, las peñetas o picas que construyeran los Calvillos en el siglo XVI, para llevar agua a sus irredentas tierras a través de un acueducto, que no duró mucho por una de aquellas riadas. Poco a poco las veo desaparecer, pues los dueños colindantes se van comiendo el cauce fluvial. ¡Cuanta historia hay también en ellas!
Y los puentes… ¿Cuántos puentes tiene Alguazas…? De muchas formas y calidades. Ellos mismos son un museo viviente, dignos de visitar y de ser vistos. Ni siquiera sabemos desde cuando están ahí, ni quien los hizo, ni cómo ni porqué.
Del extenso catálogo de norias y otros artilugios elevadores de agua, nos queda muy poco. ¿Durarán mucho tiempo la Torre de los Frailes agustinos, y su hermoso acueducto? ¿Y qué decir de las norias del Saladar y la de Campoo? Ésta también con un largo acueducto para sustentar el canal conductor de las aguas.
Desde aquí hago un llamamiento a la sensibilidad de los alguaceños y alguaceñas, para que intenten por todos los medios salvar y conservar lo que aún nos queda. Que no tengamos que decir: Aquí había, aquí existía, yo conocí…
A orillas del río Mula, aunque no estoy muy seguro de que exista aún, un gran murallón que nuestros antepasados construyeron en la primera mitad del siglo XIX, con mucho sudor y esfuerzo, para salvarse de las torrenciales avenidas del Riacho, que amenazaba comerse al pueblo.
Poco más allá, las peñetas o picas que construyeran los Calvillos en el siglo XVI, para llevar agua a sus irredentas tierras a través de un acueducto, que no duró mucho por una de aquellas riadas. Poco a poco las veo desaparecer, pues los dueños colindantes se van comiendo el cauce fluvial. ¡Cuanta historia hay también en ellas!
Y los puentes… ¿Cuántos puentes tiene Alguazas…? De muchas formas y calidades. Ellos mismos son un museo viviente, dignos de visitar y de ser vistos. Ni siquiera sabemos desde cuando están ahí, ni quien los hizo, ni cómo ni porqué.
Del extenso catálogo de norias y otros artilugios elevadores de agua, nos queda muy poco. ¿Durarán mucho tiempo la Torre de los Frailes agustinos, y su hermoso acueducto? ¿Y qué decir de las norias del Saladar y la de Campoo? Ésta también con un largo acueducto para sustentar el canal conductor de las aguas.
Desde aquí hago un llamamiento a la sensibilidad de los alguaceños y alguaceñas, para que intenten por todos los medios salvar y conservar lo que aún nos queda. Que no tengamos que decir: Aquí había, aquí existía, yo conocí…
Etiquetas: Alguazas. Noticias
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