PEDRO SERNA VERDÚ
El próximo sábado día 17, asistiremos en Las Torres de Cotillas, al acto oficial por el que su Ayuntamiento homenajeará a este artista de la localidad con el descubrimiento de una placa en la Casa de la Cultura, que desde ahora, por acuerdo del Pleno, llevará su nombre. A continuación se hará lo mismo en la Biblioteca municipal con la que durante muchísimos años ha sido su bibliotecaria, y a la que le ha llegado el tiempo de la feliz jubilación. Y está previsto que entonces, en el Salón de actos, se rendirá homenaje a nuestro amigo Pedro.
Aunque nacido al otro lado del Riacho, en la Florida, Pedro ha sido también un alguaceño más, pues lo hemos conocido y tratado como tal durante muchísimos años. Pese a no ser de mi “quinta”, pues nació unos meses después, compartimos de niños muchos lances de todo tipo, cuando ser críos era una gozada pues podíamos salir por la huerta a coger fruta, buscar nidos, bañarnos en el río, saltar acequias y brazales, subirnos a las peñetas trepando de piedra en piedra y saltar desde ellas a ritmo de cronómetro controlador, jugar a tantos juegos que ya han desaparecido o están en trance de ello, e incluso fabricándonos nuestros propios juguetes. Entre esos juegos, estaban los partidos de fútbol, en la orilla del río, al pie del murallón y bajo el huerto de la Misinda. Allí recuerdo a Pedro jugando desde muy pequeño, en lo que más tarde destacaría al igual que sus hermanos, hasta que las lesiones lo apartaran del deporte activo, o semiprofesional.
Cuando Pedro Serna había rebasado las 20 primaveras, empezó a destacar con los pinceles, surgiendo en él un excelente acuarelista, de trazos rápidos y ligeros, pero muy definidos. Desde su primera exposición, creo recordar que por el año 1968, Pedro Serna se ha materializado en un artista consagrado, cuya trayectoria no es mi objetivo destacar ahora.
Con frecuencia nos vemos por la calle o en algunos actos culturales, y charlamos de temas intrascendentes, con sencillez, porque Serna Verdú es una persona sencilla, que pasa por la vida casi a hurtadillas, sin sacar cuello, a sus cosas y a su familia. Casi siempre con Isabel, su esposa; alguaceña a la que conozco desde siempre.
Me alegro infinito que la Corporación municipal de Cotillas haya tenido con Pedro este detalle de verdadera justicia. Detalle que aplaudo, y acto al que arroparemos con nuestra modesta presencia el próximo sábado.
PD. El acto de colocación de la placa en la Biblioteca ha quedado aplazado para otro día, tal vez coincidiendo con la Fiesta del Libro.
Aunque nacido al otro lado del Riacho, en la Florida, Pedro ha sido también un alguaceño más, pues lo hemos conocido y tratado como tal durante muchísimos años. Pese a no ser de mi “quinta”, pues nació unos meses después, compartimos de niños muchos lances de todo tipo, cuando ser críos era una gozada pues podíamos salir por la huerta a coger fruta, buscar nidos, bañarnos en el río, saltar acequias y brazales, subirnos a las peñetas trepando de piedra en piedra y saltar desde ellas a ritmo de cronómetro controlador, jugar a tantos juegos que ya han desaparecido o están en trance de ello, e incluso fabricándonos nuestros propios juguetes. Entre esos juegos, estaban los partidos de fútbol, en la orilla del río, al pie del murallón y bajo el huerto de la Misinda. Allí recuerdo a Pedro jugando desde muy pequeño, en lo que más tarde destacaría al igual que sus hermanos, hasta que las lesiones lo apartaran del deporte activo, o semiprofesional.
Cuando Pedro Serna había rebasado las 20 primaveras, empezó a destacar con los pinceles, surgiendo en él un excelente acuarelista, de trazos rápidos y ligeros, pero muy definidos. Desde su primera exposición, creo recordar que por el año 1968, Pedro Serna se ha materializado en un artista consagrado, cuya trayectoria no es mi objetivo destacar ahora.
Con frecuencia nos vemos por la calle o en algunos actos culturales, y charlamos de temas intrascendentes, con sencillez, porque Serna Verdú es una persona sencilla, que pasa por la vida casi a hurtadillas, sin sacar cuello, a sus cosas y a su familia. Casi siempre con Isabel, su esposa; alguaceña a la que conozco desde siempre.
Me alegro infinito que la Corporación municipal de Cotillas haya tenido con Pedro este detalle de verdadera justicia. Detalle que aplaudo, y acto al que arroparemos con nuestra modesta presencia el próximo sábado.
PD. El acto de colocación de la placa en la Biblioteca ha quedado aplazado para otro día, tal vez coincidiendo con la Fiesta del Libro.
Etiquetas: Torres de Cotillas
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