El “Museo etnológico” de Paco Pineda
Desde hace bastante tiempo tenía el propósito de conocer el “Museo”, que en un almacén de la calle San Antonio ha ido montando nuestro paisano Francisco Pineda Meseguer; pero pese a que con bastante asiduidad visito el local del Heredamiento de Aguas de Alguazas, sito enfrente mismo, no había llegado aún el momento de conseguirlo. Además, conozco a Paco desde que nació, no en balde nuestras respectivas madres eran muy buenas amigas y se visitaban casi a diario.
Pero hace unos días, en uno de mis habituales recorridos por el pueblo, nos encontramos por la calle cuando yo caminaba hacia el Barrio del Carmen. Como ambos sabíamos el estado de la cuestión, se volvió a plantear el tema, y esta vez ninguno de los dos encontramos excusa alguna. Media hora más tarde me planté ante el local, y Paco acudió ante mí acompañado de nuestro común amigo José Gil Fernández, Pepe "de Feliciano”.
La primera novedad que me presentó, fue la puerta que da acceso al almacén, la cual, según me explicó, era la que otrora existía en el Molino de Abajo (construido antiguamente por los Señores Obispo y Cabildo). Una vez dentro, Paco me fue explicando los diversos tesoros que allí colecciona, los cuales, por su cantidad, están prácticamente amontonados por las paredes y colgando del techo. De arados y similares posee casi la serie completa, desde los antiguos con reja de madera, hasta los más modernos.
Daba gusto oír contar a Paco cómo había conseguido hacerse con cada uno de ellos, para lo cual, a veces, había tenido que ingeniárselas ante los reacios propietarios, que no estaban dispuestos a desprenderse de la herramienta, aunque realmente ya no la necesitaban para nada.
En tales explicaciones estaba, cuando Pepe le animó a que me contase la procedencia de un carretón de mano que teníamos delante. Resulta que es el mismo que usaba el popular personaje conocido como “Quico Sánchez”. Recuerdo perfectamente a dicho huertano, que con frecuencia subía al pueblo desde su casa y propiedades en la huerta, y recuerdo también haberle visto con asiduidad “conduciendo” su vehículo, y más aún oírle hablar de una manera muy peculiar, donde era característico que sus expresiones tuviesen casi siempre la profundidad de una sentencia.
A estas alturas de su particular “locura”, se da cuenta Paco Pineda, de que el material que tiene desborda sus primitivas pretensiones; que no está bien acondicionado; y tampoco sabe qué podrá pasar con todo este “instrumental” el día de mañana. Por lo cual, me confesaba, que está dispuesto a donarlo con el único fin de que pueda estar expuesto en un local a propósito y acondicionado para la ocasión. Y pienso yo, que no sería bueno que dicha ocasión se desperdiciase; pues allí hay algunas joyas, que ya son dificilísimas de ver en cualquier otro sitio.
Les dejo aquí con algunas imágenes de lo que Paco Pineda atesora en su almacén, y la verdad es, que me hubiese gustado también colocar la fotografía de Quico Sánchez, pero como no dispongo de ella, confórmense ustedes con la de su carretón.
Pero hace unos días, en uno de mis habituales recorridos por el pueblo, nos encontramos por la calle cuando yo caminaba hacia el Barrio del Carmen. Como ambos sabíamos el estado de la cuestión, se volvió a plantear el tema, y esta vez ninguno de los dos encontramos excusa alguna. Media hora más tarde me planté ante el local, y Paco acudió ante mí acompañado de nuestro común amigo José Gil Fernández, Pepe "de Feliciano”.
La primera novedad que me presentó, fue la puerta que da acceso al almacén, la cual, según me explicó, era la que otrora existía en el Molino de Abajo (construido antiguamente por los Señores Obispo y Cabildo). Una vez dentro, Paco me fue explicando los diversos tesoros que allí colecciona, los cuales, por su cantidad, están prácticamente amontonados por las paredes y colgando del techo. De arados y similares posee casi la serie completa, desde los antiguos con reja de madera, hasta los más modernos.
Daba gusto oír contar a Paco cómo había conseguido hacerse con cada uno de ellos, para lo cual, a veces, había tenido que ingeniárselas ante los reacios propietarios, que no estaban dispuestos a desprenderse de la herramienta, aunque realmente ya no la necesitaban para nada.
En tales explicaciones estaba, cuando Pepe le animó a que me contase la procedencia de un carretón de mano que teníamos delante. Resulta que es el mismo que usaba el popular personaje conocido como “Quico Sánchez”. Recuerdo perfectamente a dicho huertano, que con frecuencia subía al pueblo desde su casa y propiedades en la huerta, y recuerdo también haberle visto con asiduidad “conduciendo” su vehículo, y más aún oírle hablar de una manera muy peculiar, donde era característico que sus expresiones tuviesen casi siempre la profundidad de una sentencia.
A estas alturas de su particular “locura”, se da cuenta Paco Pineda, de que el material que tiene desborda sus primitivas pretensiones; que no está bien acondicionado; y tampoco sabe qué podrá pasar con todo este “instrumental” el día de mañana. Por lo cual, me confesaba, que está dispuesto a donarlo con el único fin de que pueda estar expuesto en un local a propósito y acondicionado para la ocasión. Y pienso yo, que no sería bueno que dicha ocasión se desperdiciase; pues allí hay algunas joyas, que ya son dificilísimas de ver en cualquier otro sitio.
Les dejo aquí con algunas imágenes de lo que Paco Pineda atesora en su almacén, y la verdad es, que me hubiese gustado también colocar la fotografía de Quico Sánchez, pero como no dispongo de ella, confórmense ustedes con la de su carretón.
Etiquetas: Alguazas. Noticias
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