Teatro en Alguazas
Estuvimos ayer noche en la Casa de Cultura de Alguazas para presenciar una nueva actuación del Grupo de Teatro de la Peña Huertana “EL Molinico”, que dirige con acierto nuestro amigo Pedro Barquero González. En esta ocasión representaron la conocida obra de Francois de Molière (1622-1673), “El médico a palos”, cuyo argumento es el siguiente:
Bartolo (Sganarelle en el libreto original) es un leñador, ingenioso, alegre y bebedor. Trabajó seis años para un famoso doctor, por lo que aprendió algunos rudimentos de medicina y de latín. Martina, su mujer, está harta de sus bribonerías y de sus golpes, así es que decide vengarse.
La ocasión se le presenta cuando se encuentra con Ginés (Valerio) y Lucas, sirvientes de don Jerónimo (Geronte), que andan en busca de un médico que cure a la hija de su amo. Martina entonces inventa que Bartolo es un prestigiado doctor pero un tanto excéntrico. Les dice que a veces llega a negar su profesión, y que vuelve a recordarla después de una buena golpiza.
Para convencerlos de sus poderes sanatorios, Martina cuenta que don Bartolo ha revivido a los muertos. Gines y Lucas parten a buscar al extraño doctor, muy felices y esperanzados. Lo encuentran cortando leña, y a pesar de sorprenderles su atuendo rústico y actitud campesina, no dudan de las palabras de Martina. Le explican su situación y le piden que los acompañe. Don Bartolo repite una y otra vez que él no es médico, por lo que Ginés y Lucas lo apalean hasta que lo admite.
Parten los tres a la casa de don Jerónimo. Los sirvientes le cuentan a su amo los increíbles milagros que don Bartolo ha realizado. La nodriza comenta que el mal de doña Paula (Lucinda), hija de don Jerónimo, es mal de amores. Al entrar don Bartolo al recinto, queda inmediatamente alucinado con el aspecto de la nodriza, e intenta varias veces de tocarla y abrazarla, pero Ginés, el marido, se lo impide.
Luego llega la enferma, que sólo dice: “va, va, va”. El falso médico diagnostica que ha perdido el habla, y al ser consultado por la causa del mal, don Bartolo inventa una larga explicación llena de términos médicos, latinos y otros inventados. Todos quedan satisfechos y admirados del gran conocimiento del doctor.
Don Jerónimo pide una cura para su hija, ya que la tiene prometida en matrimonio y el novio espera la recuperación de la enferma para desposarla. Don Bartolo receta friegas y pan con vino, para soltarle la lengua igual que a los loros. Al día siguiente don Jerónimo paga espléndidamente a don Bartolo por sus servicios.
Más tarde aparece Leandro, el verdadero amor de doña Paula, y le paga a don Bartolo para que lo ayude. Le cuenta que la enfermedad de la muchacha es un truco para evitar el matrimonio con Horacio, quien por ser más rico que Leandro, es preferido por don Jerónimo para su hija. Leandro le ofrece dinero a don Bartolo y éste acepta.
Leandro se disfraza de boticario y llega junto al falso médico donde doña Paula. La falsa enferma recupera el habla y le dice a su padre que solamente se casará con Leandro, el hombre a quien ama. Don Jerónimo se enfurece y no cede.
Don Bartolo entonces, dice que también tiene una cura para esa condición. Le dice al boticario que le de un remedio a doña Paula. Los dos enamorados huyen. Don Jerónimo manda ahorcar al médico impostor. Llega Martina a buscar a su esposo y se encuentra con que van a matarlo.
De pronto aparecen Leandro y doña Paula. Vienen a decirle a don Jerónimo que Leandro va a heredar muy pronto una fortuna de un tío que está enfermo. Don Jerónimo se alegra al saber que no tendrá que aportar dote alguna y lo acepta como yerno. Don Bartolo se salva de la muerte, y como todos están felices, perdona a su mujer por los palos que lo hizo sufrir, debido a que ella lo ha elevado en dignidad, al convertirlo en médico.
El público asistente, en gran número, se divirtió bastante durante la representación, y premió a los actores con nutridos aplausos. Entre los presentes vimos al Alcalde, José Antonio Fernández Lladó, y a las concejalas Isabel Zamora Palacios y Silvia Ruiz Serna; asimismo contactamos la ausencia significativa de determinadas personas, cosa que no nos extrañó.
El elenco, bajo la dirección de Pedro Barquero, al que secunda eficientemente Cristino de Maya, estuvo formado por el siguiente reparto:
Bartolo (Sganarelle en el libreto original) es un leñador, ingenioso, alegre y bebedor. Trabajó seis años para un famoso doctor, por lo que aprendió algunos rudimentos de medicina y de latín. Martina, su mujer, está harta de sus bribonerías y de sus golpes, así es que decide vengarse.
La ocasión se le presenta cuando se encuentra con Ginés (Valerio) y Lucas, sirvientes de don Jerónimo (Geronte), que andan en busca de un médico que cure a la hija de su amo. Martina entonces inventa que Bartolo es un prestigiado doctor pero un tanto excéntrico. Les dice que a veces llega a negar su profesión, y que vuelve a recordarla después de una buena golpiza.
Para convencerlos de sus poderes sanatorios, Martina cuenta que don Bartolo ha revivido a los muertos. Gines y Lucas parten a buscar al extraño doctor, muy felices y esperanzados. Lo encuentran cortando leña, y a pesar de sorprenderles su atuendo rústico y actitud campesina, no dudan de las palabras de Martina. Le explican su situación y le piden que los acompañe. Don Bartolo repite una y otra vez que él no es médico, por lo que Ginés y Lucas lo apalean hasta que lo admite.
Parten los tres a la casa de don Jerónimo. Los sirvientes le cuentan a su amo los increíbles milagros que don Bartolo ha realizado. La nodriza comenta que el mal de doña Paula (Lucinda), hija de don Jerónimo, es mal de amores. Al entrar don Bartolo al recinto, queda inmediatamente alucinado con el aspecto de la nodriza, e intenta varias veces de tocarla y abrazarla, pero Ginés, el marido, se lo impide.
Luego llega la enferma, que sólo dice: “va, va, va”. El falso médico diagnostica que ha perdido el habla, y al ser consultado por la causa del mal, don Bartolo inventa una larga explicación llena de términos médicos, latinos y otros inventados. Todos quedan satisfechos y admirados del gran conocimiento del doctor.
Don Jerónimo pide una cura para su hija, ya que la tiene prometida en matrimonio y el novio espera la recuperación de la enferma para desposarla. Don Bartolo receta friegas y pan con vino, para soltarle la lengua igual que a los loros. Al día siguiente don Jerónimo paga espléndidamente a don Bartolo por sus servicios.
Más tarde aparece Leandro, el verdadero amor de doña Paula, y le paga a don Bartolo para que lo ayude. Le cuenta que la enfermedad de la muchacha es un truco para evitar el matrimonio con Horacio, quien por ser más rico que Leandro, es preferido por don Jerónimo para su hija. Leandro le ofrece dinero a don Bartolo y éste acepta.
Leandro se disfraza de boticario y llega junto al falso médico donde doña Paula. La falsa enferma recupera el habla y le dice a su padre que solamente se casará con Leandro, el hombre a quien ama. Don Jerónimo se enfurece y no cede.
Don Bartolo entonces, dice que también tiene una cura para esa condición. Le dice al boticario que le de un remedio a doña Paula. Los dos enamorados huyen. Don Jerónimo manda ahorcar al médico impostor. Llega Martina a buscar a su esposo y se encuentra con que van a matarlo.
De pronto aparecen Leandro y doña Paula. Vienen a decirle a don Jerónimo que Leandro va a heredar muy pronto una fortuna de un tío que está enfermo. Don Jerónimo se alegra al saber que no tendrá que aportar dote alguna y lo acepta como yerno. Don Bartolo se salva de la muerte, y como todos están felices, perdona a su mujer por los palos que lo hizo sufrir, debido a que ella lo ha elevado en dignidad, al convertirlo en médico.
El público asistente, en gran número, se divirtió bastante durante la representación, y premió a los actores con nutridos aplausos. Entre los presentes vimos al Alcalde, José Antonio Fernández Lladó, y a las concejalas Isabel Zamora Palacios y Silvia Ruiz Serna; asimismo contactamos la ausencia significativa de determinadas personas, cosa que no nos extrañó.
El elenco, bajo la dirección de Pedro Barquero, al que secunda eficientemente Cristino de Maya, estuvo formado por el siguiente reparto:
Bartolo: Pedro Barquero
Martina: Maruja Aráez
Ginés: Francisco J. Dólera
Lucas: Gregorio Carrillo
Andrea: Nardi Ruiz
Don Jerónimo: Cristino de Maya
Doña Paula: Cati Sáez
Leandro: Mario Molina
Iluminación y sonido: Aurelio MartínezMartina: Maruja Aráez
Ginés: Francisco J. Dólera
Lucas: Gregorio Carrillo
Andrea: Nardi Ruiz
Don Jerónimo: Cristino de Maya
Doña Paula: Cati Sáez
Leandro: Mario Molina
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