De matanza, aprovechando el Día de la Constitución

De nuevo estuvimos hoy en Alguazas para celebrar el “Día de la Constitución”, de la manera tradicional a que nos tiene acostumbrados desde hace años nuestro querido primo Mateo Tello Lisón, dueño de la empresa T. TELIMAT, S.L., dedicada a la reparación de automóviles, lavado, engrase y seguros en general.

Para asistir a dicho evento no es preciso sujetarse a un horario rígido, pues desde primeras horas de la mañana hasta que cae la noche, su residencia de la Urbanización Vistahermosa está abierta para familiares, amigos y clientes.

Como toda matanza que se precie, allí acabó sus días, para bien de todos, un lustroso cerdo criado especialmente para la ocasión, y de cuyo pasaporte, despiece y arreglo se encargó, como viene siendo habitual, Francisco Verdú Montero, “Paco el Pajero”, asistido por un selecto grupo de ayudantes, encabezado por Isabel, su esposa, que a estas horas suponemos estará gozando de un merecido descanso, pues no la hemos visto parar ni un momento ocupada en múltiples labores.

La cabeza del tal cochino allí quedó expuesta para general contemplación, colgada de una viga y con el típico puro habano entre las fauces de su morro. Y aunque en esta ocasión no la hemos retratado, quien quiera hacerse una idea puede echarle un vistazo al reportaje que Mirador de Alguazas insertó en años precedentes.

Los exquisitos olores que emanaban las parrillas, repletas de magra, tocino salchicha, morcillas y otros manjares, invitaban a una irresistible degustación, fuesen las que fuesen las circunstancias de salud de cada cual. Oyéndose por doquier, que ese tocino o magra no era perjudicial para el colesterol. Y como se consumía con fe, creyendo tales suposiciones, debió sentarle bien a todos.

Aparte del cerdo degustamos asimismo otros alimentos, sólidos y líquidos, bien proporcionados por la huerta, o por el mar; que de todo había allí. Pero antes de llegar a los postres, Jesús Alfonso Tello “el Pato”, Paco Pérez “el Esquilador” y el propio Mateo Tello, se encargaron de preparar unas exquisitas migas con tropezones, que pusieron los estómagos casi a punto de reventar.

Para el postre frutas y dulces. Y como guinda final, Angelita Almaida Vicente se encargó de preparar unos delicados buñuelos de viento, que estaban para chuparse los dedos. Cosa que hicimos, lógicamente.

También se celebró el habitual concurso de dominó, para cuyos vencedores se habían preparado diversos trofeos, hasta el punto de que casi todos pudieron alcanzar uno de ellos.

A media tarde, la familia Tello-García sorprendió a todos los presentes con unos obsequios, con lo que se redondeó un feliz día, que estuvo adornado con el radiante sol que nos acompañó durante toda la jornada.

Y vuelta a casa, algunos venidos desde lugares bastantes alejados, pues estuvimos charlando con una familia llegada ex profeso desde la joven pero ya populosa barriada de Can Oriach (ca n’Oriac) en Sabadell.