La casa de la abuela Encarnación
Dedicó el Cronista un buen rato esta mañana a visitar una de las casas rurales que en Ojós se ofertan al turismo. Y lo hicimos acompañado de Manoli, su dueña, que ha trabajado duro y con tesón para sacar adelante un proyecto en el que ha puesto mucha ilusión, ganas y dinero. El resultado ha sido una maravilla, pues ha devuelto para el goce de todos, una joya que en otras manos habría demolido la piqueta para dar paso a un bloque de pisos, convirtiendo la casa de su abuela en un verdadero museo etnográfico, no exento de las comodidades que se requieren para una familia de nuestro tiempo.
Necesitaría mucho espacio para narrar lo que allí he visto: rejerías de forja, antiguas camas, arcones, vajilla, utensilios agrícolas, tinajas, mesas y un largo etc., en un marco incomparable, con paisajes de ensueño, a escasos metros del casco urbano. Si usted ha pensado en un huerto con árboles, lo tiene; en una barbacoa, también; juegos de salón, variados electrodomésticos, todos; que son muchos de familia, pues hay un montón de camas, y hasta una deliciosa cuna para un posible bebé.
Piensa el Cronista que Ojós, en particular, y todos los murcianos en general, le debemos a Manoli un gran servicio, por el que hay que felicitarle y felicitarnos.
Antes de que me lo pregunten les diré su teléfono: 630 547 555. De nada.
Etiquetas: Valle de Ricote
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