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martes, 28 de julio de 2009

GUATEMALA ENTRE LA MUERTE Y LA ESPERANZA

Desde el 26 de junio al 12 de julio visitamos Guatemala, país en el que hemos dejado los mejores años de nuestra vida al servicio del reino de Dios, al lado de los pobres y marginados.

Respiramos hasta embriagarnos de la belleza de sus paisajes, revestidos de una vegetación exuberante con sus encantadores lagos e imponentes volcanes. Pero sobre todo, volvimos a experimentar la amabilidad de sus gentes, su acogedor espíritu, reflejado en los mil colores de sus trajes mayas.

Al día siguiente de llegar participamos en la celebración del 31 aniversario del martirio de Hermógenes López, un sacerdote que por defender los derechos de los campesinos y denunciar las atrocidades de los militares, fue asesinado. Hoy está en proceso de beatificación y canonización. La celebración se realizó en el estadio municipal de San José Pinula con la asistencia de más de diez mil personas. La Eucaristía fue presidida por el Cardenal Rodolfo Quezada y cuatro obispos más, entre ellos el Nuncio Apostólico, y más de setenta sacerdotes. En la homilía el Cardenal destacó la figura profética de Hermógenes e hizo un llamado al compromiso con la liberación de los pobres. Escuchar la homilía del Cardenal significó para nosotros una esperanza después de tantos desencantos en la iglesia española.

Guatemala es un país de asombrosas contradicciones: belleza y pobreza, fe y superstición, amabilidad y violencia… En las calles de la ciudad de Guatemala se percibe un ambiente tenso de inseguridad debido a los frecuentes asaltos y asesinatos. Sólo en los seis primeros meses del año, según datos de prensa, ha habido 492 asesinatos. Da la impresión de que el gobierno no tiene el control del país, sino que es el crimen organizado quien realmente gobierna.

La violencia obedece a tres factores fundamentales. En primer lugar al narcotráfico y las mafias, en donde ex-militares que estuvieron implicados en el conflicto armado juegan un papel relevante. En segundo lugar, las “maras” integradas por pandillas de adolescentes y jóvenes, y no tan jóvenes, que no han tenido oportunidad de estudiar ni de trabajar; sus causas radican en la pobreza, la marginación, la desintegración familiar y la pérdida de valores. Y en tercer lugar, la violencia de carácter político, pues hay grupos de extrema derecha integrados por militares, terratenientes y grandes empresarios, a quienes les favorece el clima de inseguridad para que, bajo la consigna de “mano dura”, buscan asaltar el poder. El “crimen” del abogado Rodrigo Rosemberg obedece a este plan de desestabilizar al gobierno y crear un estado de ingobernabilidad. Digo “crimen”, entre comillas, porque parece que fue todo un montaje.

Nos llamó la atención la escasa presencia de turistas tanto en Antigua como en Panajachel. Restaurantes y hoteles casi vacíos. Sospechamos la ausencia de turistas a la inseguridad ciudadana y a la crisis económica que afecta a los países de Norteamérica y Europa.

Entre las medidas que el gobierno ha tomado para controlar la violencia ha sido la prohibición de que monten dos personas en una misma motocicleta. Además, cada motorista debe llevar el número de matrícula bien visible en el caso y en un chaleco. Esto es debido a que muchos de los asesinatos que se cometían se llevaban a cabo en moto. El que iba atrás disparaba a diestra y siniestra. Otra de las medidas es la presencia de policías y soldados en algunos autobuses. Quién me iba a decir a mí hace unos años que al subir a un autobús y encontrarme con la fuerza pública me iba a sentir más seguro.

La crisis económica está afectando duro en Guatemala como en todos los países del Sur. El desempleo sube a pasos agigantados, con lo cual la pobreza y el hambre golpean cada vez con más fuerza. Estando ahí, se anunció la retirada y cierre de 152 empresas coreanas, conocidas como “maquilas”, con lo cual, según los medios de información, más de 70.000 personas quedarán sin trabajo, con el agravante de que estos trabajadores no tienen Seguridad Social ni seguro de desempleo.

En la Ciudad de Guatemala participé en la reunión de reorganización del proyecto de Los Romeritos, para la atención de niños y jóvenes de la calle y de mujeres en situación crítica. Renuncié a formar parte de la junta directiva y quedé como socio fundador. La situación de pobreza y marginalidad está agudizando la problemática de niños de la calle e incrementando los prostíbulos. Es una necesidad apremiante trabajar en este campo. Dos abogados entraron dentro de la Asociación , uno de ellos como miembro de la junta directiva.

Asimismo, en la ciudad de Guatemala, los antiguos compañeros del Comunidad Misionera de Jesús nos recibieron con un almuerzo en al casa de Eddy Armas y Paula. Fue un encuentro lleno de cariño y amistad. Paty y Meme, Tono y Marisol, Érika y Fernando Álvarez con el humor que le caracteriza…Nos dio alegría ver a estos compañeros comprometidos, cada uno a su nivel, en la lucha por una Guatemala mejor. Seguidamente, mantuve una entrevista con Nery Rodenas, director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala con quien compartimos un análisis de la situación del país.

Posteriormente, bajamos al asentamiento San Vicente, Guanagazapa (Escuintla) para compartir con la familia Reynozo. Allí recordamos a nuestro hermano Jesús, cuando en diciembre de 1998, a la sombra del guanacaste, se ideó el proyecto de construcción de viviendas, escuela, salón comunal, iglesia, puente…, ejecutado por la Asociación Amigos de Guatemala, de Alguazas. Pasamos la noche en aquel lugar paradisíaco. Saludamos a los vecinos. Muchos niños ya son jóvenes estudiantes y profesionales. Los hijos de Manuel vinieron expreso de Escuintla a visitarnos, uno es estudiante de ingeniería y el otro diseñador gráfico.

La última semana viajamos a San Marcos en un autobús sucio, “destartalao”, lento, y siempre con el riesgo de sufrir algún asalto. En las constantes paradas nos atoxicaban los vendedores de comida. Tardamos seis horas y media en llegar. Una tarde espléndida de sol nos recibió en San Marcos. Nos hospedamos en casa de Don Álvaro Ramazzini, obispo de San Marcos, quien nos dijo que si no nos hospedamos en su casa se sentiría ofendido. Fue un alivio caminar por las calles de San Marcos, tan familiares para nosotros, y de encontrarnos con sus gentes tan amables y acogedoras. Se disputaban recibirnos en sus casas y agasajarnos con alguna comida o cena. Hubo días en que comimos y cenamos dos veces, una con una familia y después con otra. Tanta amabilidad nos desbordaba.

Dado el poco tiempo que teníamos, Maricarmen fue a compartir con el equipo de promotores y promotoras de salud en la Clínica de San Antonio Sacatepéquez, construida con el apoyo de la Asociación Amigos de Guatemala, y yo viajé a la aldea Mávil, en donde esta Asociación equipó la escuela. Allí nos homenajearon con un emotivo acto organizado por los maestros, padres de familia, alumnos, autoridades locales y una representante de la Universidad Nacional de San Marcos. Agradecieron con un telar bordado, dedicado a Isidro Aguilar Bermúdez por su aporte íntegro del premio al joven solidario de la Región de Murcia, para este proyecto.

Subimos a Ixchiguán, uno de los pueblos más altos de Centroamérica ( 3.200 metros ). Compartimos el desayuno con la Hermana Juana María en la casa parroquial. Seguidamente, en un picac de la Municipalidad nos trasladamos al Caserío Ventana de Santa Rosa para la inauguración de la cocina escolar, que fue financiada por la Asociación Amigos de Guatemala. Ahí nos comprometimos a continuar con la construcción de otra cocina escolar en la aldea de Buena Vista, también del municipio de Ixchiguán. Estas cocinas responden al proyecto gubernamental de apoyar con desayuno y almuerzo a los niños del área rural. Somos testigos, en años atrás, de la queja de los maestros de que los niños se duermen en clase. Es lógico que niños desnutridos, que apenas con una taza de café de maíz tostado al levantarse, aguantaran sin dormirse hasta el medio día.

En Ixchiguán se nos informó que la noche anterior hubo un tiroteo por parte de algunos grupos de Tajumulco contra el caserío de Once de Mayo por cuestión de límite territorial. Al día siguiente, hubo otra agresión y alrededor de 70 familias tuvieron que buscar refugio en Ixchiguán. Este es un conflicto que ya lleva más de 70 años pendiente de resolución. La instancia estatal CONTIERRA realizó hace tres años un estudio exhaustivo sobre el límite entre ambos municipios, pero falta el decreto del Congreso que le de legalidad. Se siente indiferencia por parte de los diputados para resolver este problema. Ellos piensan que es cosa de “indios”, que se maten entre ellos. La Diócesis de San Marcos ha hecho lo indecible para que este conflicto se resuelva, pero la falta de voluntad política de las autoridades hace que quede estancado. Nos comprometimos incidir desde España en el Congreso de la República para que se agilice la emisión de este decreto, que sin duda puede favorecer la pacificación en el área.

Persisten en Guatemala los problemas sociales: campesinos sin tierra, explotación minera por las empresas transnacionales, abusos de las empresas eléctricas, entre ellas Unión Fenosa… El gobierno no ha hecho nada por hacer un cambio de las estructuras socioeconómicas del país. Sólo ha realizado algunas mejoras de carácter populista, como legalizar algunas tierras de la población que vive en “chabolas”, crear comedores populares en las áreas marginales o incrementar el desayuno y almuerzo escolar en el área rural, como ya señalaba.

En Guatemala vivimos el golpe de Estado en Honduras que fue condenado por todas las instancias democráticas y por las organizaciones sociales y populares. Sólo aprobaron el golpe de Estado la oligarquía empresarial y terrateniente tal como se ha visto en los medios de comunicación. Guatemala ha vivido la experiencia de los terroríficos golpes de Estado que tanta destrucción y muerte han causado. Numerosos grupos de hondureños, desde el primer momento, comenzaron a cruzar la frontera con Guatemala, huyendo de la represión militar. Hacía casi 25 años que no se había dado en América Latina un golpe de Estado.
Fernando y Maricarmen

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