TRISTEZA en OJÓS

Como no podía ser de otra manera, esta página se tiñe hoy de luto al tener que dar la triste noticia de la muerte de un querido amigo, personaje entrañable que se ha llevado con él a la tumba el secreto mejor guardado y por tantas personas apetecido, y que no es otro que la formula magistral para elaborar los exquisitos y artesanales “bizcochos borrachos” de Ojós. Como todos supongo que habrán adivinado, ayer mañana, entre el cariño y dolor de todo un pueblo, fue enterrado el artesano confitero Jesús Avilés Salinas, a quien todos popularmente denominábamos Jesús “el Lino”. Apodo que orgullosamente había heredado de su padre. Desde hace algún tiempo se encontraba postrado en cama, y su vida se iba debilitando poco a poco, consiguiendo que fuésemos haciéndonos a la idea de que su marcha definitiva era inevitable y próxima.

No hace apenas un mes estuvimos a visitar al matrimonio, cuestión que se había convertido en una norma cada vez que nos acercábamos a la villa de Ojós. Su amantísima esposa, Rosalía, muy delicada también de salud, y que vivía prácticamente para él sacando fuerzas de flaqueza desde no se sabe dónde, me recibía una vez más con el afecto y cariño que nos profesamos. Llevaba el Cronista Oficial de Ojós esa mañana la tarea de grabar unas imágenes que el programa “Calle Mayor” de la 7 Región de Murcia TV, habría de emitir el 9 de junio con motivo del “Día de la Región”. Por si el rodaje me imposibilitaba la visita y el encuentro con la pareja, antes de que llegase el equipo acudí al domicilio familiar. Jesús estaba recibiendo el desayuno de manos de una vecina, mientras que Rosalía, me regañaba cariñosamente el que no le avisase con antelación de mi presencia en Ojós, pues siempre quiere tener el detalle de obsequiarme con alguno de los productos de la tierra. “Cuando termine la grabación, vuelva usted, que se lleve unos albaricoques”. Cuando un rato más tarde finalizamos la tarea que nos había llevado al Valle de Ricote, volvimos a su casa, donde nos tenía preparada una bolsa repleta de sabrosos albaricoques.

Ella es siempre así, amable, cariñosa, solícita, familiar. Manteniendo encendido el débil pabilo de una llama que se iba apagando, pero a la vez atenta con todos, agradecida con los vecinos, amigos y conocidos.

Jesús “el Lino” ya no está con nosotros. Hace ahora tres años, el lunes 12 de junio de 2006, la Asociación de Pasteleros de la Región de Murcia le tributó un homenaje más que merecido, en el conocido restaurante “Portón de la Condesa”, acto al que asistieron el Presidente Ramón Luis Valcárcel, el entonces Consejero de Turismo, José Pablo Ruiz Abellán, y otras autoridades. Recibió entonces la preciada “Guinda de Oro”, que ahora queda, con otras curiosidades, en aquella casa que es casi un museo.