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miércoles, 24 de julio de 2013

PREGÓN DEL VII FESTIVAL


PREGÓN DEL VII FESTIVAL DE JÓVENES FLAMENCOS
“DE FLAMENCO VA”

Ninguno, por cantar bien,
hable mal de aquel que canta;
unos cantan lo que saben,
y otros saben lo que cantan.
(Como dice Manuel Machado:)
Y, después de todo, ¿qué es eso, la vida?
Cantares ...
Cantando la pena, la pena se olvida.

Estimado Alcalde Pedáneo de Sucina D. José Mercader. Querido Marcial Moñino, y demás miembros de la Junta Municipal.
Querido Francisco Avilés, sucinero de orgullo y honor, querido Manuel Avilés, sucinero de nacimiento y embajador de esta querida tierra, querido Salvador Albaladejo y estimado amigo Juan José López, quiero que en esta noche de finales del mes de julio, en la que me habéis otorgado el honor de pregonar el Festival de Flamenco de Sucina, recibáis mi saludo sincero y afectuoso, como Junta Directiva que sois de la asociación Peña Flamenca de Sucina, y aprovechar quiero también, para felicitaros por la enorme tarea que supone levantar a pulso este proyecto de ilusión.
Mi saludo afectuoso para los Alcaldes Pedáneos de Corvera, La Murta, Baños y Mendigo, Avileses y La Tercia, y para las Alcaldesas Pedáneas de Los Martínez del Puerto, Valladolises, Lobosillo, y para María José Avilés, impulsora de este festival en sus tiempos de Alcaldesa de Sucina. Para el Concejal de Cultura del Ayuntamiento de La Unión, Julio García, para José Pablo Ruiz Abellán, hasta hace unos meses Defensor del Pueblo de la Región de Murcia, para Enrique Pérez Abellán, Director General de Mayores, y para D. Luis Lisón, cronista oficial de Sucina, además de otros importantes méritos, entre los que se cuenta el de ser buen amigo.
A los vecinos de Sucina, mis saludos y mis respetos, vecinos entre los que tengo grandes amigos que sobrepasan muchas veces los sentimientos de amistad, hasta conformar esa otra “gran familia” que la vida te va dando y quitando. Aprovecho para saludar a otros vecinos de nuestro Campo de Murcia, y amigos y compañeros de otros rincones de nuestra tierra, que hoy han hecho el esfuerzo para estar con nosotros.
Un saludo de admiración, para los artistas que nos acompañan en esta noche de arte. La Cuadrilla Murciana que difunde nuestra cultura y nuestro folklore de manera ejemplar, y a Rocío Márquez, que tuvieron el acierto y la suerte de que pasara por este festival en su crecimiento personal y artístico, cuando encarrilaba ya la puerta del templo del flamenco a nivel mundial, que es el Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión, dónde consiguió su máximo galardón: la Lámpara Minera. Y a la que esta noche se le reconoce su trayectoria en nuestro festival.
Y precisamente, sin salirme del municipio minero, y con toda intención, he dejado para el final a Francisco Bernabé, Alcalde de La Unión, excelente regidor y gran amigo, al que felicito por su trabajo brillante en el desarrollo de su municipio, y por haber conseguido internacionalizar mejor que nadie, y más que nunca, el ya de por sí importante festival del Cante de Las Minas.
Muchas gracias a todos por vuestra asistencia y por la atención que me prestan.
Dijo Camarón de la Isla que el flamenco no es más que una forma de liberar y de expresar la pena, porque toda la vida es un constante de penas y alegrías. Hoy, aquí en Sucina, el flamenco muestra su vertiente de alegría para mostrar a nuestra región de Murcia y a España entera, que la satisfacción de poner en marcha la séptima edición de este festival sobrepasa con creces el quejío y el lamento que brota de las entrañas de los artistas.
El flamenco ha sobrepasado, como arte, cualquier frontera imaginable. No hay continente ni ciudad que se precie que no tenga manifestación de esta manera de sentir la música y expresar la vida. La UNESCO lo reconoció en el año 2010 como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, jugando Murcia un papel importante en este reconocimiento, y dónde participaron más de 30.000 personas de 60 países diferentes, en la consecución de este importante logro.
Sucina ha estado ligada al flamenco desde siempre. Mucho antes que los héroes del flamenco del Campo de Murcia se constituyeran en Peña Flamenca de Sucina, ya estaba arraigado aquí. Las fronteras administrativas que dividen los territorios no existen para la cultura y las costumbres. El comercio y las necesidades de trabajo han llevado siempre aparejado la mezcla de culturas. Muchos de nuestros antepasados se vieron atraídos por la pujanza de la primera época dorada de La Unión. Fueron muchos los que se trasladaron a vivir allí emigrados desde Andalucía, y otros los que hacían el camino a pie o por los medios siempre precarios que la época permitía. Yo tuve la suerte, siendo un crío, de conocer a gente que había vivido esta experiencia que relato. Me contaba "La Roja" como con 6 ó 7 años de edad recorría con sus padres, cada día, varias decenas de kilómetros a pie para ir a trabajar en el corazón de la sierra minera. Tuvo que ser allí donde se produjo la mezcla perfecta de sentimientos y música. De esta manera, con la fusión de almerienses y jienenses principalmente, con las gentes de aquí, fueron apareciendo y formándose los cantes “Minero-Levantinos” derivados de la Taranta. Así surgieron La minera, La cartagenera (que no trata de temas mineros), el Fandango minero, La levantica y La Murciana.
En esta amplia extensión encuadrada entre la Sierra de Carrascoy y el mediterráneo se fue conformando una forma de vivir muy vinculada al flamenco, entre otros motivos, porque gran parte de los municipios y pedanías que la integran nacieron, como si de siameses se trataran, a la vez que el flamenco como arte propio.
En unos casos horadando la roca, y en otros arando las tierras de nuestro querido pueblo, de la Cañada de Sucina, el flamenco y el campo fueron creando una personalidad típica, que en algunos casos ahondaba sus raíces andaluzas, pero que también se iba nutriendo de sensaciones autóctonas de nuestras gentes. Aquí podría citar a José María Ruiz Funes cuando recitaba….: 
(El sentir del flamenco)
Desde muy niño siempre recordaré,
cuando a mi casa regresaba
por el carril del camino,
desde muy lejos oí una voz
y una guitarra que sonaba,
la voz que le acompañaba
parecía que hasta lloraba,
sentí un latido en todo mi cuerpo
como si mis carnes se me arrancaran,
de donde salía aquel toque
y aquella voz tan serrana me pregunté,
venía desde muy lejos,
de una casa que en el campo se encontraba,
me paré para oír aquel toque
y aquel cante de tanta nostalgia,
con tanto sentimiento,
el silencio del campo
parecía que el aire del cielo lo bajaba,
desde aquel día no sé que sentí
que el cante Andaluz,
lo llevo tan dentro de mi cuerpo,
que cuando oigo cantar bien
lloro de sentimiento…
Mucho tiempo ha pasado desde que en 1744, en medio de nuestro campo, se constituyera Sucina en torno a la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, por el presbítero D. Baltasar Arteaga y Gamboa. La advocación al rosario y a la virgen ha sido otro de los pilares que han definido a las gentes de Sucina. La imponente planta de su iglesia da testimonio de la solera de esta tierra, y es también la más clara evidencia de la fe de los Sucineros con su Virgen. Camino de ese tercer centenario son muchas las cosas que han ido cambiando en este pueblo. De su dependencia exclusiva de la agricultura, agrupada básicamente en media docena de grandes fincas, y de la ganadería, se ha ido diversificando su economía hasta convertirse en un pueblo moderno, y con un sector servicios muy avanzado.  Hoy Sucina es el estandarte del futuro de Murcia, que como es lógico y natural, necesitará del tiempo suficiente para que las grandes transformaciones sociales se consoliden e integren como algo propio y natural. Dentro de esos grandes cambios habría que citar la llegada de nuevos vecinos de otros países, principalmente Reino Unido. A ellos también le damos la bienvenida, y su presencia en este festival la valoramos de manera muy especial. El flamenco, una vez más, se hace internacional y universaliza a sus gentes.
El Festival “De Flamenco va” es una iniciativa que merece todo el elogio y el apoyo posible. En sus siete años de vida, está demostrando que la ilusión y el esfuerzo mueven y crean festivales, y que está dirigido por personas que tienen criterio y vocación de servicio a una pasión como es el flamenco, y también y más importante aún, al interés general. El paso por aquí de Rocío Márquez, de Juan Pinilla, o de Lucia Leiva al cante, y de Manuel Herrera, Niño Seve o David Caro a la guitarra son pruebas más que evidentes de lo que afirmo. Todos ellos son artistas de enorme prestigio, y de gran proyección. Y todos ellos pasaron, pasan y pasarán por Sucina en su camino hacia la excelencia en su trabajo. La función de promoción de jóvenes valores y de difusión de nuestra cultura es el principal objetivo de este Festival de Flamenco, que sobrepasa la barrera de lo local, para convertirse en el festival de referencia de este arte en el municipio de Murcia. Creo sinceramente, que ha llegado el momento de institucionalizar este festival, y de que los resortes de fomento y difusión de la cultura, que constitucionalmente tienen encomendado los poderes públicos, se unan y sirvan de palanca para catapultar esta noble iniciativa. Todo ello, sin perder el acierto de su función original, la de ser una puerta abierta a los jóvenes, a las promesas de esta manifestación de españolidad.
Queridos amigos y amigas, siete ediciones pueden parecer pocas si comparamos con otros festivales de fama y raigambre en nuestra región, pero lo cierto y verdad es que este festival ha venido para quedarse. Las noches de verano ya no son lo mismo desde que lo fundara la Peña Flamenca de Sucina. Y tampoco la historia del flamenco en nuestro municipio es ni será la misma gracias a este festival.
A mí me gustaría deciros hoy muchas cosas. Me gustaría que este festival se perpetuara; me gustaría que este recinto temporal, se convirtiera en un recinto permanente, con todos los elementos necesarios para poder mantener, en estos días y durante todo el año, la llama viva del flamenco. Me gustaría que dispusierais de los recursos suficientes para montar el mejor espectáculo y para dar la oportunidad que muchos artistas se merecen. Pero como todo eso, (de momento) no os lo puedo prometer, sí os animo a que sigamos trabajando juntos, llenando de calidad artística, mejorando la puesta en escena, y manteniendo el compromiso con los vecinos y espectadores cada año.
Mientras que todo eso llega, sigamos haciendo, como decía Machado…camino al andar…; y que sigan fusionándose en este escenario el Trovo de nuestra tierra, que engancha la poesía repentizada con el flamenco, y que hoy tiene como uno de sus máximos estandartes a Pedro El Cardoso, que esta noche nos acompaña. Y que siga pasando el cartel de cada festival, por las manos de grandes artistas de la pintura y la poesía, como Antonio Soto Alcón, que le ha dado expresividad y vida al cartel de esta séptima edición del festival. Y que sigan pisando estas tablas bailaoras como Verónica Llavero y Alba Luna, acompañadas por guitarristas como Antonio Muñoz, Niño Seve o Toni Gómez, y pequeños, pero solamente en tamaño y edad, como el cantaor Raúl Guillamón “El Balilla”. Y todo ello, sin olvidar nuestras raíces y nuestra ubicación. El flamenco nació en el campo…y del campo fue a la mina, y de la mina a los tablaos, y de ahí al mundo entero, pero nunca debemos olvidar que cada final de julio, en Sucina tendremos una cita importante, en el “KM 0”…; donde comienza el camino de muchas figuras de este arte.
Y ahora sí, amigos y amigas, que dé comienzo el Festival de Jóvenes Flamencos en Sucina. Que empiecen a sonar los fandangos, los martinetes, los tanguillos, las murcianas, las tarantas, las cartageneras, las mineras..., que suene la guitarra con toque airoso, y que sepa toda Murcia y España entera…que Sucina…De Flamenco Va.

Muchas gracias.         Buenas noches.

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