TONTOS ÚTILES

Leer la prensa escrita o digital, y entrar en numerosas foros de opinión me solivianta el ánimo con frecuencia, pues observo preocupado que hemos llegado a tal punto de enfrentamiento y odio, que pasar del dicho al hecho es tan solo una cuestión baladí, presta a producirse en cualquier momento. En este ambiente se hace muy difícil discernir la realidad palpable, pues a los interlocutores no les interesa conocer la verdad, tan solo lanzar porquería, cuanta más mejor, para hundir al oponente y hacerle desaparecer de la vida pública.

En ese contexto, hay personas de buena fe que quieren aportar algo bueno, intentando equilibrar, siquiera sea levemente, el nivel de la balanza. Y los mangoneadores de esos medios –y califico como tales a los que dirigen y fiscalizan lo que puede publicarse o no–, les dejan intervenir o publicar diversas cosas, más como careta que les dé apariencia de equitativos, que como verdaderos dadores de oportunidades para todos.

Lógicamente lo hacen para que sirvan de ocasión también a los depredadores y fanáticos que medran entre sus páginas para vomitar sus heces sin importarles lo más mínimo la dignidad, la buena fama, la honestidad y el, con frecuencia, buen hacer de ciertas personas, generalmente cargos políticos electos de un determinado matiz. Incluso, para hacer más daño, involucrando a los miembros de las respectivas familias a quienes atacan.

Si observamos la argumentación que exponen, veremos que casi siempre se apoyan en frases tales como se dice… al parecer… posiblemente… nos han dicho… hemos oído…, salvando así su indudable delito de las presumibles acciones penales en su contra. Son los mismos que se dicen a boca llena, demócratas, independientes, progresistas y largo etcétera de calificativos, que no les corresponden, pues tan solo hay uno que les cuadra de verdad: el de fascistas y totalitarios de uno u otro signo, pues de todo hay en la viña del Señor. Ellos son los que pregonando la libertad, nos quieren silenciar a todos los demás, y, si es posible, para siempre jamás.

Las elecciones democráticas solo les sirven si son los ganadores, y entonces pavonearán ideas de consenso y unión que ellos nunca practicaron ni practicarán.

Con esta gente, los que de buena fe hemos colaborado con ellos en ocasiones, no hemos sido otra cosa que “tontos útiles”.