Antigüedad en Alguazas de la Hermandad del Santísimo Cristo
La antigua devoción al Santísimo Cristo en Alguazas, que se remonta al menos al siglo XVII, pues ya hay documentos de la existencia de su capilla en 1679, ha pervivido a lo largo de los siglos hasta nuestros días. Pero no será hasta mediados del siglo XIX cuando las fuentes documentales nos informen con más precisión sobre el nombre; pues en el testamento que otorga en 1848 Francisco Sánchez Carreño, natural y vecino de Alguazas, deja mandato expreso para que se digan por su alma, ciertas misas al “Santo Cristo de las Penas que se venera en la Iglesia Parroquial de Alguazas”, y que se den seis reales de limosna por cada una de ellas.
El estado de esta antiquísima y venerada imagen debía estar bastante deteriorado por aquellas décadas, principalmente ennegrecida por el humo de las numerosas velas y cirios que durante muchos años habían ardido a sus pies. Por ello, cuando en 1882 fue nombrado Cura ecónomo de esta Villa don Pascual Miñano Bermejo, vio lo necesario que era una restauración, y no mucho más tarde logró que sus feligreses aceptasen dicha conveniencia. A tal fin, el Cristo fue llevado al taller que en Murcia tenía el prestigioso escultor imaginero don Francisco Sánchez Tapia, a quien se encargó tan delicado cometido.
A principios de 1885 nuestro artista dio por terminado su trabajo y lo comunicó a nuestro pueblo, disponiéndose, como era costumbre por entonces, el traslado procesional de la imagen desde la capital murciana hasta nuestro pueblo, coincidiendo con las fiestas patronales a San Onofre, que se celebraban en aquellos tiempos en el mes de febrero, y que en 1885 se programaron para los días 16, 17 y 18. Los tres días se oficiaron misas solemnes con el templo completamente lleno, en las cuales predicó con la exquisitez que acostumbraba, el citado don Pascual Miñano. La entrada del Cristo, magníficamente restaurado, fue un acto imponente, asistiendo el pueblo en masa; y según cuentan las crónicas, la imagen “fue visitada en el mismo día por todos los vecinos de Alguazas, sin excepción”. Y en otro periódico podemos leer, que el señor Sánchez Tapia “ha desplegado en su obra toda la habilidad que posee”.
Esta maravilla de Cristo Crucificado fue convertida en cenizas en el aciago verano de 1936, y terminada la guerra, se adquirió un nuevo Cristo en 1941, que trajo desde Valencia José Vicente Pinar, desfilando por primera vez aquella Semana Santa. No había pasado mucho tiempo cuando se pensó en fundar de nuevo la Cofradía, a la que se denominaría del Cristo de la Sangre, y que acompañó ya al titular en los desfiles pasionarios de la Semana Santa del año 1958.
Antigua imagen del Cristo en procesión, con el popular personaje, Paco "de la Guapeta" en primer plano y gesto característico.
Contaba el Cronista por entonces 14 años, y aún recuerda perfectamente aquel Miércoles Santo, cuando a las ocho y media de la tarde, y ante una multitud expectante, dio comienzo el cortejo procesional con el Estandarte y Sección de Tropa Romana (los Armaos), con su banda de tambores. Tras ellos la Hermandad de la Samaritana, con su correspondiente Tercio de Nazarenos, seguido del trono con la imagen titular que iba escoltada por su Camarero y Presidencia de la Hermandad. Después, y dado que la Verónica no disponía de hermandad propia, desfilaron aquellos penitentes que no estaban adscritos a ninguna, acompañando al trono de esta Imagen. A continuación era el turno de la Banda de tambores y cornetas de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Estandarte de la misma, la Sección de Hermanos sin túnica, el Tercio de Nazarenos y el trono con la Imagen de N. P. Jesús, escoltado por su Camarera y Presidencia de la Hermandad.
Los miembros de la recién creada Hermandad del Stmo. Cristo (aún no se le denominaba de la Sangre) esperaban ansiosos y expectantes en el templo mientras veían salir al Nazareno agachándose “aún más” para sortear el dintel de la puerta. Y llegó el momento ansiado cuando la Cruz, que a modo de estandarte portaba uno de los cofrades, se puso en marcha, avanzando por el pasillo central en busca de la plaza. Le seguían los nazarenos, con túnica negra y rústico ceñidor blanco de cordel de fibra de pita, que en gran número eran mujeres. Luego el trono con la imagen titular y la Presidencia de la Cofradía. En su debut lo hicieron sin acompañamiento de banda, pero no hacía falta, pues les siguió la Banda de tambores y cornetas de la Hermandad de San Juan, el Estandarte de la misma, su Tercio de Nazarenos y Trono con la Imagen, escoltado por su Camarera y Presidencia de la Hermandad.
Finalmente desfilaron, el Estandarte de Ntra. Sra. de los Dolores, el grupo de Hermanas sin escapulario, el grupo de ellas con escapulario, la Sección de Nazarenos y el Trono con la Imagen Titular, seguido por su Camarera y Presidencia de la Hermandad. Presidencia religiosa, Ayuntamiento (todos sus miembros, y no como se acostumbra en los últimos años), otras autoridades civiles y la Banda de Música de Ceutí.
En este año de 2008 se conmemora pues, el 50º aniversario de aquella procesión, y los actuales regidores y cofrades del Cristo de la Sangre han decidido organizar diversos actos, entre los cuales me cuentan que habrá una cena el próximo nueve de febrero a las 21:00 horas, en el conocido restaurante “La Frasquita”, ubicado en Los Torraos de Ceutí, inmediaciones de la carretera de Archena. Y en dicha cena se hará una proyección con imágenes retrospectivas de la Hermandad en sus 50 años de existencia. Como se trata de una buena causa, el precio de 30 € es asequible para todos, y se cuenta con el aliciente añadido de poder contemplar con añoranza dichas imágenes, esperamos que aquello esté muy concurrido.
El estado de esta antiquísima y venerada imagen debía estar bastante deteriorado por aquellas décadas, principalmente ennegrecida por el humo de las numerosas velas y cirios que durante muchos años habían ardido a sus pies. Por ello, cuando en 1882 fue nombrado Cura ecónomo de esta Villa don Pascual Miñano Bermejo, vio lo necesario que era una restauración, y no mucho más tarde logró que sus feligreses aceptasen dicha conveniencia. A tal fin, el Cristo fue llevado al taller que en Murcia tenía el prestigioso escultor imaginero don Francisco Sánchez Tapia, a quien se encargó tan delicado cometido.
A principios de 1885 nuestro artista dio por terminado su trabajo y lo comunicó a nuestro pueblo, disponiéndose, como era costumbre por entonces, el traslado procesional de la imagen desde la capital murciana hasta nuestro pueblo, coincidiendo con las fiestas patronales a San Onofre, que se celebraban en aquellos tiempos en el mes de febrero, y que en 1885 se programaron para los días 16, 17 y 18. Los tres días se oficiaron misas solemnes con el templo completamente lleno, en las cuales predicó con la exquisitez que acostumbraba, el citado don Pascual Miñano. La entrada del Cristo, magníficamente restaurado, fue un acto imponente, asistiendo el pueblo en masa; y según cuentan las crónicas, la imagen “fue visitada en el mismo día por todos los vecinos de Alguazas, sin excepción”. Y en otro periódico podemos leer, que el señor Sánchez Tapia “ha desplegado en su obra toda la habilidad que posee”.
Esta maravilla de Cristo Crucificado fue convertida en cenizas en el aciago verano de 1936, y terminada la guerra, se adquirió un nuevo Cristo en 1941, que trajo desde Valencia José Vicente Pinar, desfilando por primera vez aquella Semana Santa. No había pasado mucho tiempo cuando se pensó en fundar de nuevo la Cofradía, a la que se denominaría del Cristo de la Sangre, y que acompañó ya al titular en los desfiles pasionarios de la Semana Santa del año 1958.
Antigua imagen del Cristo en procesión, con el popular personaje, Paco "de la Guapeta" en primer plano y gesto característico.
Contaba el Cronista por entonces 14 años, y aún recuerda perfectamente aquel Miércoles Santo, cuando a las ocho y media de la tarde, y ante una multitud expectante, dio comienzo el cortejo procesional con el Estandarte y Sección de Tropa Romana (los Armaos), con su banda de tambores. Tras ellos la Hermandad de la Samaritana, con su correspondiente Tercio de Nazarenos, seguido del trono con la imagen titular que iba escoltada por su Camarero y Presidencia de la Hermandad. Después, y dado que la Verónica no disponía de hermandad propia, desfilaron aquellos penitentes que no estaban adscritos a ninguna, acompañando al trono de esta Imagen. A continuación era el turno de la Banda de tambores y cornetas de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Estandarte de la misma, la Sección de Hermanos sin túnica, el Tercio de Nazarenos y el trono con la Imagen de N. P. Jesús, escoltado por su Camarera y Presidencia de la Hermandad.
Los miembros de la recién creada Hermandad del Stmo. Cristo (aún no se le denominaba de la Sangre) esperaban ansiosos y expectantes en el templo mientras veían salir al Nazareno agachándose “aún más” para sortear el dintel de la puerta. Y llegó el momento ansiado cuando la Cruz, que a modo de estandarte portaba uno de los cofrades, se puso en marcha, avanzando por el pasillo central en busca de la plaza. Le seguían los nazarenos, con túnica negra y rústico ceñidor blanco de cordel de fibra de pita, que en gran número eran mujeres. Luego el trono con la imagen titular y la Presidencia de la Cofradía. En su debut lo hicieron sin acompañamiento de banda, pero no hacía falta, pues les siguió la Banda de tambores y cornetas de la Hermandad de San Juan, el Estandarte de la misma, su Tercio de Nazarenos y Trono con la Imagen, escoltado por su Camarera y Presidencia de la Hermandad.
Finalmente desfilaron, el Estandarte de Ntra. Sra. de los Dolores, el grupo de Hermanas sin escapulario, el grupo de ellas con escapulario, la Sección de Nazarenos y el Trono con la Imagen Titular, seguido por su Camarera y Presidencia de la Hermandad. Presidencia religiosa, Ayuntamiento (todos sus miembros, y no como se acostumbra en los últimos años), otras autoridades civiles y la Banda de Música de Ceutí.
En este año de 2008 se conmemora pues, el 50º aniversario de aquella procesión, y los actuales regidores y cofrades del Cristo de la Sangre han decidido organizar diversos actos, entre los cuales me cuentan que habrá una cena el próximo nueve de febrero a las 21:00 horas, en el conocido restaurante “La Frasquita”, ubicado en Los Torraos de Ceutí, inmediaciones de la carretera de Archena. Y en dicha cena se hará una proyección con imágenes retrospectivas de la Hermandad en sus 50 años de existencia. Como se trata de una buena causa, el precio de 30 € es asequible para todos, y se cuenta con el aliciente añadido de poder contemplar con añoranza dichas imágenes, esperamos que aquello esté muy concurrido.
Etiquetas: Alguazas Semana Santa
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