La FUENSANTA volvió al Santuario
Como cada año, puntual a la cita de los días septembrinos, la Virgen de la Fuensanta se acerca a la capital, y tras pasar las fiestas con nosotros vuelve a su santuario del monte. Esta mañana, desde bien de madrugada, llegaban romeros desde todas partes; y pese a la huelga de autobuses, los murcianos no faltaron a la despedida y acompañamiento hasta la sierra.
A las siete se ofició la misa de despedida, y pasadas las ocho se inició el recorrido. Al pasar por el puente de los Peligros, la recién restaurada campana sonó con toques de adiós, y la soberana imagen continuó la ruta, lenta, muy lentamente, pues el gentío no dejaba avanzar.
Tras abandonar la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, las autoridades despidieron a la Fuensanta, sonaron los fuegos artificiales, y se reemprendió el camino. Aparcar en los barrios del Carmen y del Infante era tarea materialmente imposible. Nosotros lo intentamos sin poder conseguirlo. Por Santiago el Mayor, más de lo mismo, hasta que por fin encontramos un sitio junto al Club de la Tercera Edad de ese querido barrio, donde ejercimos la docencia durante 19 años.
Desde allí, andando hasta el Carmen, a contracorriente de la marea humana. Poco después, tras la despedida ya comentada de las autoridades, nos fuimos con Ella hasta la Iglesia de Santiago el Mayor, donde nos despedimos definitivamente.
Entre los romeros, tuvimos la satisfacción de saludar a muchos alguaceños y alguaceñas, que no pierden ocasión cada año de sumarse a la fiesta. Como la mañana estaba bastante nublada, y la temperatura era de unos 22/23 grados, andar se hacía agradable.
A las siete se ofició la misa de despedida, y pasadas las ocho se inició el recorrido. Al pasar por el puente de los Peligros, la recién restaurada campana sonó con toques de adiós, y la soberana imagen continuó la ruta, lenta, muy lentamente, pues el gentío no dejaba avanzar.
Tras abandonar la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, las autoridades despidieron a la Fuensanta, sonaron los fuegos artificiales, y se reemprendió el camino. Aparcar en los barrios del Carmen y del Infante era tarea materialmente imposible. Nosotros lo intentamos sin poder conseguirlo. Por Santiago el Mayor, más de lo mismo, hasta que por fin encontramos un sitio junto al Club de la Tercera Edad de ese querido barrio, donde ejercimos la docencia durante 19 años.
Desde allí, andando hasta el Carmen, a contracorriente de la marea humana. Poco después, tras la despedida ya comentada de las autoridades, nos fuimos con Ella hasta la Iglesia de Santiago el Mayor, donde nos despedimos definitivamente.
Entre los romeros, tuvimos la satisfacción de saludar a muchos alguaceños y alguaceñas, que no pierden ocasión cada año de sumarse a la fiesta. Como la mañana estaba bastante nublada, y la temperatura era de unos 22/23 grados, andar se hacía agradable.
Etiquetas: Murcia
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