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martes, 7 de octubre de 2014

Luis Lisón asistió al XL Congreso Nacional de la RAECO

Imágenes de Gabriel Pieras Salom y Luis Lisón Hernández


El congreso nacional de la RAECO se ha celebrado este año en la ciudad de Oviedo, siendo la primera vez que Asturias acogía un evento de este tipo. Al mismo hemos asistido tres cronistas murcianos, en representación de sus respectivas localidades: Luis Lisón Hernández, que lo es de Alguazas, Ojós y Sucina; Ángel Ríos Martínez, de Blanca; y José Antonio Melgares Guerrero, cronista de Caravaca de la Cruz y a la vez de la Región de Murcia. Particularmente yo tenía obligación de asistir, como Secretario General.
Los cronistas inscritos fueron 58 (aunque tuvimos un par de bajas de última hora), representando a 64 localidades de 24 provincias y 9 comunidades autónomas. Algunos asturianos no inscritos, estuvieron presentes en la Asamblea general y otras actividades. Con los cronistas estuvieron también más de cincuenta personas, entre acompañantes e invitadas por ellos.

Jueves, día 25
Para asistir al citado “concilio” José Antonio Melgares y yo, junto con nuestras respectivas esposas, nos desplazamos en coche particular hasta Alicante, desde donde a las 11 de la mañana del día 25 de septiembre, partió un tren directo con dirección a Oviedo, llegando allí casi a las ocho de la tarde. El mismo día, partió desde Blanca Ángel Ríos, acompañado de un sobrino, en su propio automóvil, con intención durante el trayecto de visitar la ciudad de León.
Una vez aposentados en nuestras respectivas habitaciones del Hotel “NH Principado”, salimos a callejear por la ciudad, para posteriormente cenar con otros amigos de Betanzos y Teruel, en “La Gran Taberna”, un local céntrico muy cerca de la Catedral.
Hacía justamente cincuenta años que este cronista no visitaba Oviedo, aunque hace solo dos estuve recorriendo algunas localidades asturianas. La satisfacción de recordar aquellos tiempos de mi juventud, fue muy emotiva.

Viernes, día 26
Tras desayunar en el hotel, salimos, sin rumbo determinado, a caminar por las calles de la ciudad. La temperatura era agradable, y al mediodía se alcanzaban los 22 o 24 grados, aunque a primera hora hacía algo de fresco. El recorrido, muy extenso, incluyó visitas a algunos templos y locales comerciales de diverso tipo. En ello ocupamos casi toda la mañana, hasta que se hizo la hora de comer, que habíamos previsto realizar con algunos compañeros, varios de ellos asturianos, en la Sidrería – Restaurante “Marcelino”, local ubicado en la calle Santa Clara.
Tras la comida, regresamos a la habitación del hotel para descansar unos momentos, aunque antes tuvimos que saludar a otros colegas que iban llegando. Un par de horas más tarde, emprendimos el recorrido por las calles Marqués de Santa Cruz y Calvo Sotelo, hasta llegar a la Plaza de la Gesta, donde se encuentra el Auditorio – Palacio de Congresos “Príncipe Felipe”, sede del XL Congreso de la RAECO, que es un edificio muy bien rehabilitado y adaptado, en lo que antiguamente fue el depósito de aguas que abastecía a los oventenses.
Allí, entre saludo y saludo a viejos conocidos, y a otros cronistas incorporados recientemente a la asociación, recogimos las oportunas credenciales y esperamos la llegada de don Agustín Iglesias Caunedo, Alcalde de la ciudad; quien, tras saludar a los miembros de la Junta Rectora de la RAECO y a Carmen Ruiz-Tilve, Cronista Oficial de la ciudad anfitriona, pasó al salón de actos para proceder a la apertura del XL Congreso.
Bajo la experta batuta de Juan-Antonio Alonso Resalt, como Vocal de Protocolo de la RAECO, que actuó de moderador, se sucedieron las intervenciones de Antonio Luis Galiano, Agustín Iglesias y la propia Carmen Ruiz-Tilve, que fue, además, la encargada de pronunciar la conferencia inaugural “Oviedo y su comercio en la Historia”.
El acto inaugural se completó con el homenaje a los asociados que han cumplido 25 años desde su ingreso, la imposición de medallas a los cronistas que se han asociado desde el último congreso celebrado en Cáceres, la entrega de distinciones de honor de la RAECO, y la entrega de diversos obsequios por parte de los cronistas presentes, a la primera autoridad de la Ciudad.
Una vez que el señor Iglesias Caunedo declaró inaugurado el XL Congreso, nos desplazamos por Pérez de la Sala, Rosal, del Sol, Cimadevilla y Callejón de los Huevos hasta la Plaza Trascorrales, donde nos dio la bienvenida el Grupo de Gaitas “Ciudad de Oviedo”, a cuyos sones entramos en la antigua Plaza del Pescado y hoy Centro cultural municipal y sede de recepciones municipales, en cuyo local se sirvió un cóctel.
Pero antes de irme a dormir tuve que asistir a la reunión que estaba convocada para los miembros de la Junta Rectora, que dio comienzo a las 23:00 y acabó una hora más tarde.

Sábado, día 27
Está mañana tocaba madrugar, ya que a las 8:00 estaba convocada la Asamblea General, y aunque nunca hay quórum en primera convocatoria, y debemos esperar a las nueve, previamente debemos adecentarnos, desayunar y desplazarse andando al Centro de Congresos. Acompañamos en el recorrido a algunos colegas que no conocían el lugar designado, como le ocurría al compañero Vicente Oya Rodríguez, que sería uno de los protagonistas del día.
Al llegar al salón de actos me encontré con Cecilio Fernández Testón, C. O. de los municipios de Peñamellera Alta y Peñamellera Baja, a quien tenía muchas ganas de saludar, ya que hace un par de años estuve hospedado durante una semana en la localidad de Panes, capital del segundo de los municipios citados; y no pude localizarlo entonces, ya que reside habitualmente en la ciudad de Gijón.
En la Asamblea General, como de costumbre, hay asuntos habituales, como la lectura del acta de la Asamblea anterior y los informes del presidente, secretario y tesorero; otros específicos de cada momento, como ocurrió en esta sesión, donde a propuesta de la Junta Rectora, y recogiendo el sentir de un numeroso grupo de cronistas giennenses, se nombró “Cronista de Honor” al citado Vicente Oya. También recibió el plácet de la Asamblea el “Reglamento de Régimen Interno” de la RAECO. Asimismo se aprobó celebrar el XLI Congreso en la ciudad de Jaén. En los primeros días de octubre de 2015.
Terminada la Asamblea dio comienzo la primera sesión de trabajo, con la lectura de comunicaciones de temática asturiana, en cuya sesión, como en la celebrada por la tarde, actuaron de moderadores y coordinadores los señores Melgares Guerrero y Alonso Resalt. En dicha sesión informé someramente del contenido de mi comunicación, que bajo el título «Asturias en mis recuerdos de hace 50 años. La “III Universidad de Verano” de la OJE, en Gijón», realiza una amplia reseña de lo que viví en Asturias con motivo de asistir a aquel provechoso evento.
En un descansillo de aquella sesión de trabajo, tuvimos ocasión de atender a un equipo de Radio Televisión del Principado de Asturias, que efectuaron un extenso reportaje, que sería emitido en los informativos televisados de aquel mismo día.
Acompañantes e invitados aprovecharon aquella mañana para efectuar una visita al Prerrománico Asturiano, particularmente a los monumentos del Naranco (San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco), a cuyo lugar se desplazaron en autocares, facilitados gentilmente por el Ayuntamiento de Oviedo.
La comida del mediodía fue servida en uno de los salones del Hotel NH Principado, y sin tiempo para el reposo, mientras acompañantes e invitados giraron visita guiada al Museo de Bellas Artes, los cronistas celebraron la segunda sesión de trabajo.
Aproveché yo esta segunda sesión, para acompañar a Mari Carmen en un nuevo recorrido por la ciudad, incluyendo en nuestro deambular el denso parque de San Francisco, en cuyo suelo lucían ya multitud de castañas tempranas, que no cesan de caer en este tiempo.
No muy lejos de dicho parque, nos sorprendió una bandada de pavos reales que deambula por calles y aceras sin recato alguno.
Por la noche los congresistas asistimos a una cena, en el mismo local de la comida, que fue seguida por un concierto a cargo del “Cuarteto Appassionato”. Concierto que acabó muy tarde, por lo que directamente, sin más, nos fuimos a la cama.

Domingo, 28 de septiembre
No hubo necesidad de madrugar mucho en esta jornada, pues tras el desayuno estaba previsto asistir a una misa en el altar mayor de la Santa Iglesia Catedral, durante cuya ceremonia el oficiante, tuvo un recuerdo especial para los cronistas fallecidos desde el último congreso, entre los cuales encomendó a dos murcianos: José Monerri Murcia, de Cartagena, y Juan-Antonio Menárguez Albadalejo, de Los Alcázares.
Acabada la misa, los congresistas fuimos separados en dos grupos, que con sendos guías al frente, nos enseñaron detenidamente la Catedral, incluida la Cámara Santa, tanto interior como exteriormente. Afortunadamente, a la salida del templo había dejado de llover (primer día con presencia de lluvia), y pudimos prolongar la visita guiada por la llamada “Ruta Clariniana”.
A las 12:30 tuvo lugar en uno de los salones del Hotel, el solemne Acto de Clausura, con cierta rapidez, pues a las 13:00 hubo un cóctel de despedida.
No obstante la clausura del congreso, a petición de muchos congresistas se programó una salida no prevista inicialmente, a Los Lagos de Covadonga y al propio Santuario de la Santina. Partimos en dos autocares, y aunque en el recorrido nos obsequió la lluvia nuevamente, particularmente en las proximidades del mencionado templo, iniciamos la intrincada y sinuosa subida a los Lagos, con la agradable sorpresa de que cesó de llover conforme ascendíamos.
En lo alto tan solo cayeron algunas gotas de lluvia, que no impidieron en absoluto el deambular por aquellos bellos parajes durante la media hora que permanecimos en la cumbre.
Al regreso, tras sortear a algunas vacas acostadas en plena carretera, paramos en el Santuario, donde nos esperaba el Abad, Rvdo. D. Juan José Tuñón Escalada, que tuvo la amabilidad, que agradecimos, de servir de improvisado guía para enseñarnos el interior del templo, y conducirnos hasta la gruta donde se encuentra la Soberana Imagen, donde continuó su detallado relato. Al finalizar nos dijo, que “sin que se enterase el Abad”, podíamos hacernos una foto todo el grupo ante la Santina.
De nuevo en la ciudad, Mari Carmen y yo aprovechamos el tiempo en visitar algunas tiendas con el fin de adquirir varios obsequios para familiares y amigos, y en un local de la calle Argüelles cenamos tranquilamente, y acordamos con el personal del establecimiento que nos preparasen comida para el viaje de vuelta. Cuando a las 8:30 de la mañana siguiente pasamos a recoger el encargo, todo estaba preparado y dispuesto.

Lunes, día 29
Tras desayunar, y pasar por “La Luna de Jovellanos” a recoger la comida para el viaje, bajamos las maletas a la recepción del hotel, abonamos la cuenta, y marchamos a la estación a coger el tren, que había de conducirnos directamente hasta Alicante; previas paradas en Mieres, Pola de Lena, León, Sahagún, Palencia, Valladolid, Segovia, Madrid-Chamartín, Madrid-Atocha, Cuenca, Albacete y Villena. Al pasar por las cercanías de Almansa todo estaba inundado debido al agua caída y la que caía en ese momento.
Llegamos a “la millor terreta del mon” a la hora prevista, donde nos esperaba el automóvil que nos trajo hasta Murcia.
Nada más tocar tierra en casa se inició una gran tormenta, con gran aparato eléctrico y desagradables consecuencias para parte de mi fondo bibliográfico.
Luis Lisón Hernández
Secretario General de la RAECO
Cronista Oficial de Alguazas, Ojós y Sucina.

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