Reunión con mis bachilleres

Fieles a la cita anual, los compañeros que en el ya lejano año 1953 iniciamos los estudios de bachillerato nos reunimos ayer domingo, para celebrar una comida en el restaurante del “Club de Tenis de Murcia”, de acuerdo con la tradición iniciada hace bastante tiempo; aunque previamente posamos “para la posteridad” ante el monumento erigido recientemente a la egregia figura del Rey Sabio, al final del paseo que lleva su nombre.

Por diversos imponderables no suelo acudir todos los años para compartir mesa y mantel con mis antiguos compañeros en las aulas del Instituto Alfonso X el Sabio, pero suelo hacerlo procurando no demorar demasiado el reencuentro. En esta ocasión nos hemos juntado unos 45, de aquel curso numeroso que rondaba la cifra de 110 en la lista. Cifra que asustaría a cualquier profesor de hoy en día, pero que entonces no suponía mayores dificultades, para aquellos beneméritos docentes, cuyo recuerdo permanece impasible en nuestras mentes.

En esta ocasión uno de ellos, don Juan Estremera Gómez, ha accedido a sentarse con nosotros para compartir unas horas de evocaciones y recuerdos. Y como si fuese ayer, ha pasado lista, para comprobar los asistentes por medio del clásico ¡presente!, o del más añejo y educado ¡servidor! Indiscutiblemente algunos ya no están entre nosotros, y no por ello dejan de ser recordados, y se cuentan sus anécdotas y chascarrillos, o aquellos chistes que por entonces causaban la hilaridad de los compañeros. El profesor Estremera contó algunas vivencias de la revista “Brisas Alfonsinas”, que él mismo fundó y dirigió durante años, y que tras su marcha a Elche, donde obtuvo la Cátedra de Literatura, pasó a dirigir otro egregio paisano, el profesor Joaquín Hernández Serna.

En aquella promoción de bachilleres había cuatro alguaceños, todos los cuales (gracias a Dios), aún podemos contarlo: Fidel Ayala Sánchez (que reside en Valencia), Onofre González Vicente (el único que aún habita en el pueblo), Luis Lisón Hernández (el “80” de la lista), y Francisco López Bermúdez; aunque solo los dos últimos acudimos a dichos encuentros.

Estos encuentros no serían posible sin el esfuerzo y tesón que ponen los compañeros José Bautista Prior, José Bastida Martínez, José Alpañéz Mateos y José Luis Martín Valcárcel, con el apoyo de otros amigos que no citamos, por temor a dejar en el olvido alguno de sus nombres.