Nuestra Señora del Rosario

Con la llegada del mes de octubre numerosas localidades de nuestra región se ponen sus mejores galas para solemnizar la festividad de Nuestra Señora del Rosario. Entre ellas hay tres de mi especial predilección, que la tienen por patrona. Se trata de Alberca de las Torres, Alguazas y Sucina.

Pese a que el día de la festividad es el 7 de octubre, cada población la celebra según su costumbre, que varía de una a otra localidad. En Sucina, por ejemplo, se hace coincidir con el primer domingo del mes; Alberca de las Torres elige el tercer domingo de octubre; y Alguazas… bueno, Alguazas es caso aparte, pues con demasiada frecuencia pasa de largo la festividad de su patrona.

Este fin de semana estuvimos en Sucina, donde los actos dispuestos, sean civiles o religiosos, siguen caminos diferentes. Hasta tal punto, que se hacen programas independientes, como si la sociedad civil y la religiosa estuviesen divorciadas.

Suele acontecer cada año, que parece no se van a celebrar las fiestas, pero al final hay un nutrido grupo de eventos. Los actos dieron comienzo el sábado 11 de septiembre, y se darán por finalizados el jueves siete de octubre.

Como es costumbre, el momento más importe de todo lo que se programa es la bajada de la patrona desde su camarín, y el regreso al mismo lugar tras la procesión que desfila por algunas calles de la población el citado primer domingo de octubre.

Anoche, era muchísimas las personas que deseaban presenciar la bajada, y el templo parroquial quedó totalmente lleno, e insuficiente para albergar a la multitud que se congregó, muchas de cuyas personas procedían de lugares lejanos.

Observen en la imagen precedente, la larga fila que se formó por no tener cabida en el templo, atravesando toda la plaza, y tratando de contemplar el momento de la bajada. Por dicho motivo, se trata de conseguir que tal suceso sea declarado fiesta de interés local.

Abrió el cortejo la Banda de Tambores y Cornetas de Sucina, y lo cerró, tras las presidencias civil y religiosa, una banda de música. El buen tiempo hizo posible que numerosos fieles participasen en la procesión.

En la presidencia religiosa, el cura párroco, don Mariano Carretero Gómez;

y en la civil, la alcaldesa pedánea, doña María José Avilés Olmos.