El belén de Luis Martínez, en Santiago y Zaraiche
Cerca de mi casa, en la Avda. Príncipe de Asturias, desde hace años monta su particular belén un consumado artista en la materia. Se trata de Luis Martínez Gimeno, a quien conocen, quieren y aprecian, todos los vecinos de la barriada de Santiago y Zaraiche; porque siempre está dispuesto a colaborar en las actividades que se organizan, bien en las fiestas, en las cosas de la parroquia, montaje de carrozas, Hogar de Mayores y lo que se tercie.
Es uno más de los amigos que he ido conociendo desde hace unos meses, como lo son Carmen –que ha residido muchos años en el Carril del Morga, hasta que el crecimiento urbanístico se ha llevado por delante el entrañable caserío que arropaba a la Ermita de Puche, o de Nuestra Señora de Atocha, de la que ya nos hemos ocupado en otras ocasiones–; Maruja, Emilia –vivaracha y locuaz mujer, siempre dispuesta a echar una mano–; Edelmira; Paquita –la devota y eficiente “sacristana” del pequeño templo, que hasta fechas recientes pudo disfrutar de su casa frente a la misma Ermita y junto a la carpintería–, y otras personas dignas de aprecio.
Yo creo que la tarea que más quiere Luis Martínez es la de tener dispuesto su belén cada año, cuando llegan estas entrañables fiestas navideñas. Aunque en la presente ocasión a estado todo a punto de irse al traste, pues resulta que tenía un eficiente y entusiasta colaborador, su tocayo Luis Bernal, que por una rápida y cruel enfermedad se ha marchado junto al Padre hace un mes aproximadamente. El Sr. Martínez Gimeno ha estado junto a él y lo ha asistido, como si se tratase de un familiar próximo, hasta el último momento.
Ahora, con la desaparición de su amigo, no tenía ganas de emprender la anual tarea, y tras muchas vacilaciones y dudas, haciendo de tripas corazón, y por solo la íntima satisfacción de no defraudar a los vecinos, y muy en particular a los niños que acuden a verlo procedente de diversos colegios, haciendo un tremendo esfuerzo lo ha puesto en valor, y si no ocurre ningún imprevisto, mañana domingo, poco después de las 10, hora en que suele finalizar la Santa Misa en la susodicha Ermita, abrirá de nuevo la puerta para que todos puedan gozar contemplando el fruto de su trabajo. Me comentaba, incluso, que también quería ofrecer unos dulces y algún traguico de mistela.
Hace unos días, estuve contemplado su obra, a la vez que escuchando sus lamentos. Por todo lo referido, y porque la nave que ahora le sirve para el almacenaje durante todo el año, y montaje de las piezas cuando llegan las fiestas navideñas, tiene los días contados, como casi todas las viviendas de la zona que han ido desapareciendo; y aún no tiene solución de repuesto. Ha hecho gestiones ante el Alcalde pedáneo y Presidente de la Junta Municipal, pero hasta el momento nada de nada.
Sería una pena cortar de raíz este positivo valor que tiene Santiago y Zaraiche, y las ilusiones y anhelos de nuestro artista, por lo que desde aquí exhortamos a las autoridades municipales para que pongan de su parte cuanto sea posible, para que el belén de Luis no desaparezca como tantas otras cosas se han ido. Todos, y yo también, muy particularmente, lo agradeceríamos sinceramente.
Aquí les dejo con unas imágenes del popular belén, obtenidas hace unas fechas, y al padre de la criatura, el bueno de Luis Martínez.
Es uno más de los amigos que he ido conociendo desde hace unos meses, como lo son Carmen –que ha residido muchos años en el Carril del Morga, hasta que el crecimiento urbanístico se ha llevado por delante el entrañable caserío que arropaba a la Ermita de Puche, o de Nuestra Señora de Atocha, de la que ya nos hemos ocupado en otras ocasiones–; Maruja, Emilia –vivaracha y locuaz mujer, siempre dispuesta a echar una mano–; Edelmira; Paquita –la devota y eficiente “sacristana” del pequeño templo, que hasta fechas recientes pudo disfrutar de su casa frente a la misma Ermita y junto a la carpintería–, y otras personas dignas de aprecio.
Yo creo que la tarea que más quiere Luis Martínez es la de tener dispuesto su belén cada año, cuando llegan estas entrañables fiestas navideñas. Aunque en la presente ocasión a estado todo a punto de irse al traste, pues resulta que tenía un eficiente y entusiasta colaborador, su tocayo Luis Bernal, que por una rápida y cruel enfermedad se ha marchado junto al Padre hace un mes aproximadamente. El Sr. Martínez Gimeno ha estado junto a él y lo ha asistido, como si se tratase de un familiar próximo, hasta el último momento.
Ahora, con la desaparición de su amigo, no tenía ganas de emprender la anual tarea, y tras muchas vacilaciones y dudas, haciendo de tripas corazón, y por solo la íntima satisfacción de no defraudar a los vecinos, y muy en particular a los niños que acuden a verlo procedente de diversos colegios, haciendo un tremendo esfuerzo lo ha puesto en valor, y si no ocurre ningún imprevisto, mañana domingo, poco después de las 10, hora en que suele finalizar la Santa Misa en la susodicha Ermita, abrirá de nuevo la puerta para que todos puedan gozar contemplando el fruto de su trabajo. Me comentaba, incluso, que también quería ofrecer unos dulces y algún traguico de mistela.
Hace unos días, estuve contemplado su obra, a la vez que escuchando sus lamentos. Por todo lo referido, y porque la nave que ahora le sirve para el almacenaje durante todo el año, y montaje de las piezas cuando llegan las fiestas navideñas, tiene los días contados, como casi todas las viviendas de la zona que han ido desapareciendo; y aún no tiene solución de repuesto. Ha hecho gestiones ante el Alcalde pedáneo y Presidente de la Junta Municipal, pero hasta el momento nada de nada.
Sería una pena cortar de raíz este positivo valor que tiene Santiago y Zaraiche, y las ilusiones y anhelos de nuestro artista, por lo que desde aquí exhortamos a las autoridades municipales para que pongan de su parte cuanto sea posible, para que el belén de Luis no desaparezca como tantas otras cosas se han ido. Todos, y yo también, muy particularmente, lo agradeceríamos sinceramente.
Aquí les dejo con unas imágenes del popular belén, obtenidas hace unas fechas, y al padre de la criatura, el bueno de Luis Martínez.
Etiquetas: Murcia, Santiago y Zaraiche
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