Imágenes de Gabriel Pieras Salom y Luis Lisón Hernández
El congreso nacional de la RAECO se ha celebrado este año en la ciudad
de Oviedo, siendo la primera vez que Asturias acogía un evento de este tipo. Al
mismo hemos asistido tres cronistas murcianos, en representación de sus
respectivas localidades: Luis Lisón Hernández, que lo es de Alguazas, Ojós y
Sucina; Ángel Ríos Martínez, de Blanca; y José Antonio Melgares Guerrero,
cronista de Caravaca de la Cruz y a la vez de la Región de Murcia.
Particularmente yo tenía obligación de asistir, como Secretario General.
Los cronistas
inscritos fueron 58 (aunque tuvimos un par de bajas de última hora),
representando a 64 localidades de 24 provincias y 9 comunidades autónomas.
Algunos asturianos no inscritos, estuvieron presentes en la Asamblea general y
otras actividades. Con los cronistas estuvieron también más de cincuenta
personas, entre acompañantes e invitadas por ellos.
Jueves, día 25
Para asistir al citado “concilio” José Antonio Melgares y yo, junto
con nuestras respectivas esposas, nos desplazamos en coche particular hasta
Alicante, desde donde a las 11 de la mañana del día 25 de septiembre, partió un
tren directo con dirección a Oviedo, llegando allí casi a las ocho
de la tarde. El mismo día, partió desde Blanca Ángel Ríos, acompañado de un
sobrino, en su propio automóvil, con intención durante el trayecto de visitar
la ciudad de León.
Una vez aposentados en nuestras respectivas habitaciones del Hotel “NH
Principado”, salimos a callejear por la ciudad, para posteriormente cenar con
otros amigos de Betanzos y Teruel, en “La Gran Taberna”, un local céntrico muy
cerca de la Catedral.
Hacía
justamente cincuenta años que este cronista no visitaba Oviedo, aunque hace solo dos estuve recorriendo algunas localidades asturianas. La satisfacción
de recordar aquellos tiempos de mi juventud, fue muy emotiva.
Viernes, día 26
Tras desayunar en el hotel, salimos, sin rumbo determinado, a caminar
por las calles de la ciudad. La temperatura era agradable, y al mediodía se
alcanzaban los 22 o 24 grados, aunque a primera hora hacía algo de fresco. El
recorrido, muy extenso, incluyó visitas a algunos templos y locales comerciales
de diverso tipo. En ello ocupamos casi toda la mañana, hasta que se hizo la
hora de comer, que habíamos previsto realizar con algunos compañeros, varios de
ellos asturianos, en la Sidrería – Restaurante “Marcelino”, local ubicado en la
calle Santa Clara.
Tras la comida, regresamos a la habitación del hotel para descansar
unos momentos, aunque antes tuvimos que saludar a otros colegas que iban
llegando. Un par de horas más tarde, emprendimos el recorrido por las calles
Marqués de Santa Cruz y Calvo Sotelo, hasta llegar a la Plaza de la Gesta,
donde se encuentra el Auditorio – Palacio de Congresos “Príncipe Felipe”, sede
del XL Congreso de la RAECO, que es un edificio muy bien rehabilitado y
adaptado, en lo que antiguamente fue el depósito de aguas que abastecía a los
oventenses.
Allí, entre saludo y saludo a viejos conocidos, y a otros cronistas
incorporados recientemente a la asociación, recogimos las oportunas
credenciales y esperamos la llegada de don Agustín Iglesias Caunedo, Alcalde de la
ciudad; quien, tras saludar a los miembros de la Junta Rectora de la RAECO y a
Carmen Ruiz-Tilve, Cronista Oficial de la ciudad anfitriona, pasó al salón de
actos para proceder a la apertura del XL Congreso.
Bajo la experta batuta de Juan-Antonio Alonso Resalt, como Vocal de
Protocolo de la RAECO, que actuó de moderador, se sucedieron las intervenciones de Antonio Luis Galiano, Agustín Iglesias y la propia
Carmen Ruiz-Tilve, que fue, además, la encargada de pronunciar la conferencia
inaugural “Oviedo y su comercio en la Historia”.
El acto inaugural se completó con el homenaje a los asociados que han
cumplido 25 años desde su ingreso, la imposición de medallas a los cronistas
que se han asociado desde el último congreso celebrado en Cáceres, la entrega
de distinciones de honor de la RAECO, y la entrega de diversos obsequios por
parte de los cronistas presentes, a la primera autoridad de la Ciudad.
Una vez que el señor Iglesias Caunedo declaró inaugurado el XL
Congreso, nos desplazamos por Pérez de la Sala, Rosal, del Sol, Cimadevilla y
Callejón de los Huevos hasta la Plaza Trascorrales, donde nos dio la bienvenida
el Grupo de Gaitas “Ciudad de Oviedo”, a cuyos sones entramos en la antigua
Plaza del Pescado y hoy Centro cultural municipal y sede de recepciones
municipales, en cuyo local se sirvió un cóctel.
Pero antes de
irme a dormir tuve que asistir a la reunión que estaba convocada para los
miembros de la Junta Rectora, que dio comienzo a las 23:00 y acabó una hora más
tarde.
Sábado, día 27
Está mañana tocaba madrugar, ya que a las 8:00 estaba convocada la
Asamblea General, y aunque nunca hay quórum en primera convocatoria, y debemos
esperar a las nueve, previamente debemos adecentarnos, desayunar y desplazarse
andando al Centro de Congresos. Acompañamos en el recorrido a algunos colegas
que no conocían el lugar designado, como le ocurría al compañero Vicente Oya
Rodríguez, que sería uno de los protagonistas del día.
Al llegar al salón de actos me encontré con Cecilio Fernández Testón,
C. O. de los municipios de Peñamellera Alta y Peñamellera Baja, a quien tenía
muchas ganas de saludar, ya que hace un par de años estuve hospedado durante una
semana en la localidad de Panes, capital del segundo de los municipios citados;
y no pude localizarlo entonces, ya que reside habitualmente en la ciudad de
Gijón.
En la Asamblea General, como de costumbre, hay asuntos habituales,
como la lectura del acta de la Asamblea anterior y los informes del presidente,
secretario y tesorero; otros específicos de cada momento, como ocurrió en esta
sesión, donde a propuesta de la Junta Rectora, y recogiendo el sentir de un numeroso
grupo de cronistas giennenses, se nombró “Cronista de Honor” al citado Vicente
Oya. También recibió el plácet de la Asamblea el “Reglamento de Régimen
Interno” de la RAECO. Asimismo se aprobó celebrar el XLI Congreso en la ciudad
de Jaén. En los primeros días de octubre de 2015.
Terminada la Asamblea dio comienzo la primera sesión de trabajo, con
la lectura de comunicaciones de temática asturiana, en cuya sesión, como en la
celebrada por la tarde, actuaron de moderadores y coordinadores los señores Melgares
Guerrero y Alonso Resalt. En dicha sesión informé someramente del contenido de
mi comunicación, que bajo el título «Asturias en mis recuerdos de hace 50 años.
La “III Universidad de Verano” de la OJE, en Gijón», realiza una amplia reseña
de lo que viví en Asturias con motivo de asistir a aquel provechoso evento.
En un descansillo de aquella sesión de trabajo, tuvimos ocasión de
atender a un equipo de Radio Televisión del Principado de Asturias, que
efectuaron un extenso reportaje, que sería emitido en los informativos
televisados de aquel mismo día.
Acompañantes e invitados aprovecharon aquella mañana para efectuar una
visita al Prerrománico Asturiano, particularmente a los monumentos del Naranco
(San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco), a cuyo lugar se desplazaron en
autocares, facilitados gentilmente por el Ayuntamiento de Oviedo.
La comida del mediodía fue servida en uno de los salones del Hotel NH
Principado, y sin tiempo para el reposo, mientras acompañantes e invitados giraron
visita guiada al Museo de Bellas Artes, los cronistas celebraron la segunda
sesión de trabajo.
Aproveché yo esta segunda sesión, para acompañar a Mari Carmen en un
nuevo recorrido por la ciudad, incluyendo en nuestro deambular el denso parque
de San Francisco, en cuyo suelo lucían ya multitud de castañas tempranas, que no
cesan de caer en este tiempo.
No muy lejos de dicho parque, nos sorprendió una bandada de pavos
reales que deambula por calles y aceras sin recato alguno.
Por la noche
los congresistas asistimos a una cena, en el mismo local de la comida, que fue
seguida por un concierto a cargo del “Cuarteto Appassionato”. Concierto que
acabó muy tarde, por lo que directamente, sin más, nos fuimos a la cama.
Domingo, 28 de septiembre
No hubo necesidad de madrugar mucho en esta jornada, pues tras el
desayuno estaba previsto asistir a una misa en el altar mayor de la Santa
Iglesia Catedral, durante cuya ceremonia el oficiante, tuvo un recuerdo
especial para los cronistas fallecidos desde el último congreso, entre los cuales
encomendó a dos murcianos: José Monerri Murcia, de Cartagena, y Juan-Antonio
Menárguez Albadalejo, de Los Alcázares.
Acabada la misa, los congresistas fuimos separados en dos grupos, que
con sendos guías al frente, nos enseñaron detenidamente la Catedral, incluida
la Cámara Santa, tanto interior como exteriormente. Afortunadamente, a la salida
del templo había dejado de llover (primer día con presencia de lluvia), y
pudimos prolongar la visita guiada por la llamada “Ruta Clariniana”.
A las 12:30 tuvo lugar en uno de los salones del Hotel, el solemne Acto
de Clausura, con cierta rapidez, pues a las 13:00 hubo un cóctel de despedida.
No obstante la clausura del congreso, a petición de muchos
congresistas se programó una salida no prevista inicialmente, a Los Lagos de
Covadonga y al propio Santuario de la Santina. Partimos en dos autocares, y
aunque en el recorrido nos obsequió la lluvia nuevamente, particularmente en
las proximidades del mencionado templo, iniciamos la intrincada y sinuosa
subida a los Lagos, con la agradable sorpresa de que cesó de llover conforme
ascendíamos.
En lo alto tan solo cayeron algunas gotas de lluvia, que no impidieron
en absoluto el deambular por aquellos bellos parajes durante la media hora que
permanecimos en la cumbre.
Al regreso, tras sortear a algunas vacas acostadas en plena carretera,
paramos en el Santuario, donde nos esperaba el Abad, Rvdo. D. Juan José Tuñón Escalada, que tuvo la amabilidad, que
agradecimos, de servir de improvisado guía para enseñarnos el interior del
templo, y conducirnos hasta la gruta donde se encuentra la Soberana Imagen,
donde continuó su detallado relato. Al finalizar nos dijo, que “sin que se
enterase el Abad”, podíamos hacernos una foto todo el grupo ante la Santina.
De nuevo en
la ciudad, Mari Carmen y yo aprovechamos el tiempo en visitar algunas tiendas con el
fin de adquirir varios obsequios para familiares y amigos, y en un local de la
calle Argüelles cenamos tranquilamente, y acordamos con el personal del
establecimiento que nos preparasen comida para el viaje de vuelta. Cuando a las
8:30 de la mañana siguiente pasamos a recoger el encargo, todo estaba preparado
y dispuesto.
Lunes, día 29
Tras desayunar, y pasar por “La Luna de Jovellanos” a recoger la
comida para el viaje, bajamos las maletas a la recepción del hotel, abonamos la
cuenta, y marchamos a la estación a coger el tren, que había de conducirnos
directamente hasta Alicante; previas paradas en Mieres, Pola de Lena, León,
Sahagún, Palencia, Valladolid, Segovia, Madrid-Chamartín, Madrid-Atocha,
Cuenca, Albacete y Villena. Al pasar por las cercanías de Almansa todo estaba
inundado debido al agua caída y la que caía en ese momento.
Llegamos a “la millor terreta del mon” a la hora prevista, donde nos
esperaba el automóvil que nos trajo hasta Murcia.
Nada más tocar
tierra en casa se inició una gran tormenta, con gran aparato eléctrico y desagradables
consecuencias para parte de mi fondo bibliográfico.
Luis Lisón Hernández
Secretario General de la RAECO
Cronista Oficial de Alguazas, Ojós y Sucina.
Etiquetas: Impresiones y sentimientos