Acabo de recibir una imagen del grupo de cronistas que nos reunimos hace unos días para recoger el premio “Alas de Yeso”, concedido recientemente
por «APROMUBAM». Y con dicho envío recuerdo que por falta de tiempo no había
podido, hasta el momento, tomar unos minutos de mi tiempo para ofrecerles reseña
e imágenes del evento; que sirvan tanto para dejar constancia de lo sucedido,
como para agradecer a la citada Asociación de Amigos y Protectores del Museo
de Bellas Artes de Murcia, la atención que han tenido con la Asociación de Cronistas Oficiales de la Región de Murcia
(ACORM).
La entrega del trofeo, en su tercera edición, se celebró el pasado 23
de junio, jueves, a las 20:30 horas en el Conjunto Monumental de San Juan de Dios. Estaba prevista la presencia del
Presidente de nuestra Comunidad Autónoma, Pedro Antonio Sánchez López, pero su
agenda no se lo permitió (era el cierre de la campaña electoral), y acudió en
su lugar la Directora General de Bienes Culturales, María Comas Gabarrón.
Tras unas palabras iniciales de presentación del acto y lectura del
acuerdo de la asociación, fundado en que la ACORM «ha demostrado una profunda y
extensa labor, desde su fundación, para dar visibilidad y difusión a sus investigaciones
del pasado y narraciones del presente, tratándose así de una labor clave en la
cultura de los pueblos y ciudades de la Región», el académico Santiago
Delgado Martínez, como Presidente de la entidad organizadora, pronunció el
siguiente “Elogio de los Cronistas”:
Hay un adagio, muy viejo, y que antaño fue ingenioso, que consiste
en imaginar la no existencia de algo para decir que, en ese caso de no
existencia, habría que inventar ese algo. No voy a menospreciar la inteligencia
de nadie, aludiendo a este viejo dicho. Antes, al contrario. Afirmo que ese
razonamiento de reducción al absurdo, de seguro que fue inventado por un
Cronista. Es decir, si no existieran los Cronistas… no sigamos, es un supuesto
imposible. Cualquier otra cosa puede ser inventada. Los Cronistas fueron la
causa de que los homínidos se convirtieran en humanos. Los cronistas, que eran
entonces memoriones, brujos, hechiceros, viejos sabios… eran los que guardaban
recuerdo de en qué vaguada se podía cazar, esperando que subiera la manada de
ciervos. O eran los que anotaban la longitud de las sombras para saber las
migraciones. Eran archivos vivientes.
Recuerden quienes la vieron, aquella serie de Raíces, en la que un
afroamericano actual investiga sus propios orígenes, pretendiendo llegar hasta
el esclavo del que a buen seguro descendía. Averiguó que ese esclavo primigenio
de su estirpe se llamaba, todos ustedes lo recuerdan, Kunta Kinte. Recorrió
infinidad de poblados en toda la costa occidental africana, donde solían
europeos capturar a hombres libres para convertirlos en esclavos, hasta que
escuchando a uno de los viejos memoriones de una aldea le oyó decir: “Kunta
Kinte salió del poblado para cazar un gamo con cuya piel hacer un tambor a su
hermano pequeño. Y no volvió”. El brinco de alegría que le dio a nuestro autor
afroamericano debió ser enorme. Es el mismo arrebato que a un cronista de hoy
le da haber encontrado aquella factura que acredita que esa talla es de
Salzillo, por ejemplo. O que aquella Orden religiosa se había instalado en el
pueblo medio siglo antes de lo creído por todos, etc.… Aquel viejo africano era
cronista y era archivo a la vez. Y es que nuestros cronistas se van volviendo
archivos mientras investigan, mientras hurgan papeles y legajos.
Hace ya más de un siglo que Don Miguel de Unamuno inventó aquello de
la Intrahistoria: es decir, lo que les sucedía a los habitantes en su vida
cotidiana, lejos de las grandes batallas, de los grandes armisticios, de los
héroes y de los palacios. Aquello pasó a ser Exohistoria. Los Cronistas se
encuentran un poco en medio de ambos campos. Se ocupan de la Microhistoria, que
es lo que late en tanto archivo municipal, diocesano, notarial, privado,
público o mediopensionista. Ellos obtienen datos empíricos que labran el suelo
de la Exohistoria. Son, ahora sí cabe el tópico, los verdaderos ratones de
biblioteca. Y, como ya hemos visto, cuando no existían archivos ni bibliotecas,
ellos mismos hacían de archivos o bibliotecas. Son los demiurgos de nuestra
memoria. De la de todos y de cada uno. Aplican la Exohistoria a nuestro entorno
más cercano y nutren tanto a la Intrahistoria como a la Exohistoria de datos
empíricos de los que partir para construir la magna fábrica de la Gran
Historia.
Por todo ello, y por muchas más cosas, APROMUBAM se honra en
reconocer, no la labor de todo el año que académicamente ahora termina, sino la
labor de años y años, décadas, hurgando en averiguar qué hubo antes de
nosotros, aquí donde estamos, donde pasan nuestras horas y nuestros trabajos,
donde también tenemos una historia que contar, parte de la Gran Historia que
nos envuelve.
Por todo ello, querido Ricardo, presidente de la Asociación de
Cronistas Oficiales de la Región de Murcia, muchas, muchas gracias.
Concluidas sus palabras, la Vicepresidenta de APROMUBAM y ex-directora del Museo de San Juan de
Dios, Elisa Franco Céspedes, hizo entrega al presidente de los cronistas
regionales, Ricardo Montes Bernárdez, del mencionado premio “Alas de Yeso”, que
no es sino una fiel reproducción del motivo ornamental que cierra las claves de
la mencionada iglesia.
El Sr. Montes Bernárdez pronuncio unas palabras de
agradecimiento, por la atención que se ha tenido con el colectivo de cronistas
oficiales, y dio paso a la violoncellista cartagenera Irene Ortega, que
interpretó un selecto concierto.
Cerró el acto la citada María Comas, que se congratuló de estar
presente, por la calidad y cantidad de actos que Apromubam viene realizando
desde su creación, y se unió a las felicitaciones hacia el colectivo de
cronistas por la impagable labor que vienen realizando para que en el futuro se
conozca con claridad y objetividad la historia presente.
Estuvieron presentes los cronistas Ricardo Montes Bernárdez (Albudeite
y Las Torres de Cotillas), Fulgencio Sánchez Riquelme (Alcantarilla), Luis
Lisón Hernández (Alguazas, Ojos y Sucina), José Baños Serrano (Alhama de
Murcia), Govert Westerveld (Blanca), José Antonio Melgares Guerrero (Caravaca
de la Cruz y Región de Murcia), Francisco José Franco Fernández (Cartagena),
Abraham Ruiz Jiménez (Cehegín), Francisco García Marco (Lorquí), Pablo Galindo
Albaladejo (Los Alcázares), José Pascual Martínez (Pliego), Antonio Almagro
Soto (Los Martínez del Puerto, Corvera y Valladolises – Lo Jurado), Pedro Simón
Muñoz (Nonduermas), y Juan José Franco Manzano (Puebla de Soto).
Etiquetas: Impresiones y sentimientos