Durante los días 23, 24 y 25 de septiembre, la ciudad castellana de
Burgos acogió los actos del XLII Congreso Nacional de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales
(RAECO), como ya lo hiciera en 1980.
Los cronistas murcianos de Alcantarilla, Alguazas, Blanca, Campos del
Río, Caravaca de la Cruz, Cartagena, Ojós, Puerto Lumbreras, y Región de
Murcia, y sus respectivos acompañantes, partieron en un autobús que inició su
ruta a las seis de la mañana desde la localidad de Puerto Lumbreras. A las
siete y cuarto recogió a otros 13 miembros de la expedición en la Plaza
Circular, de Murcia, desde donde partió a las 7:26. Al llegar al cruce de
Blanca, nos desviamos hasta la gasolinera próxima para recoger al cronista de
Blanca y a su acompañante.
El autocar de la empresa Gómez, conducido de manera experta por Antonio,
se detuvo por primera vez en la localidad conquense de Honrubia, donde
efectuamos el necesario acopio de fuerzas en las instalaciones del Hostal
Restaurante ONAYA. Tras el desayuno, y una vez repostado de combustible el
vehículo, reemprendimos el viaje, por la autovía A-3 hasta llegar, una vez
pasado Perales de Tajuña, al enlace con la R-3 que circunvala Madrid por el
Este, y nos lleva a conectar con la A-1 o Autovía de Burgos. Circulando por
ella, al acercarse la hora de efectuar la comida de mediodía, decidimos
detenernos en la localidad segoviana de Honrubia de la Cuesta, la antigua
Fuenruvia, donde degustamos un sabroso y económico menú que nos proporcionó el mesón-restaurante
Las Campanas.
Sin más paradas proseguimos el viaje hasta llegar a la ciudad de
Burgos, dejándonos el autobús en el Hotel Silken Gran Teatro, y acercando a dos
de los viajeros hasta el hotel María Luisa. Eran poco más de las cuatro y media
de la tarde. Todo se había cumplido de acuerdo con lo previsto.
Tras asearnos y cambiarnos de atuendo, recoger las credenciales, y los
saludos de rigor con antiguos conocidos nos dirigimos hacia la Plaza de Mío
Cid, donde se encuentra el coquetón Teatro Principal, lugar que sería escenario
del acto inaugural del congreso.
Ocuparon la mesa presidencial el alcalde de la ciudad, don Francisco
Javier Lacalle Lacalle; el Rector de la Universidad de Burgos, don Manuel Pérez Mateos; el Presidente de la RAECO don Antonio-Luis Galiano Pérez,
el Presidente de la “Federación Nacional de Asociaciones de Cronistas
Mexicanos” don Manuel González Ramírez, el cronista oficial de las
Provincia de Burgos don René Payo Sainz; el Cronista Oficial de la
ciudad de Burgos don Vicente Ruiz de Mencía; y el miembro del comité
organizador y Director de la Real Academia Burgense de Historia y Bellas Artes-Institución Fernán González, don José Manuel López Gómez. Todos los cuales pronunciaron
unas palabras de salutación y agradecimiento.
El citado Ruiz de Mencía fue el encargo de pronunciar la conferencia
inaugural, que versó sobre “Burgos: Tres décadas, tres Patrimonios y una
Universidad”.
Acabada esta primera parte, institucional, se procedió a rendir
homenaje a los asociados con más de 25 años de antigüedad, que en esta ocasión
eran cuatro (Francisco Aguayo Egido, C.O. Guadalcázar (Córdoba); José-Ramón
López de los Mozos Jiménez, C.O. Maranchón (Guadalajara); José Ramón
Sanchís, C.O. Aldaya (Valencia); y José-Luis Quero Juárez, C.O. de
Mancha Real (Jaén); pero de los que solo José-Ramón pudo
concurrir a recibir la acreditación.
A continuación se impuso la medalla de la RAECO a los tres miembros asistentes
que aún no la había recibido solemnemente, dos de los cuales eran murcianos: Fulgencio
Sánchez Riquelme, de Alcantarilla, y Francisco José-Franco Fernández,
de Cartagena.
Acto seguido se hizo la entrega de las distinciones que la “Federación
Nacional de Asociaciones de Cronistas Mexicanos” había concedido en pasado día
23 de agosto, a RAECO y a dos de sus directivos. Las entregó su presidente, don
Manuel González Ramírez, y lo hizo en primer lugar en la persona de don Luis
Lisón Hernández, Secretario General de la RAECO y Cronista Oficial de
Alguazas y Ojós. Entregándole también el diploma acreditativo y la insignia de
solapa (en plata maciza de las famosas minas argentíferas de Zacatecas), de
aquella Federación Nacional del país hermano.
Seguidamente hizo lo propio con don Antonio-Luis Galiano Pérez,
Presidente de la RAECO y Cronista Oficial de Orihuela (Alicante).
El señor Galiano Pérez, en nombre de la RAECO, agradeció las
tres distinciones y entregó al señor González Ramírez una placa grabada,
con la medalla de oro de la RAECO, que se había concedido a la mencionada
Federación.
Finalmente, hubo un selecto concierto a cargo del Coro de la
Universidad de Burgos, que interpretó los siguientes sonetos, poemas y
epitafios: Don Quijote, Sancho Panza, Rocinante, La
sombra de mi alma, La corriente infinita, Álamo blanco, Rosa
última, Epitafio a don Quijote, Epitafio de Dulcinea y Epitafio
de Sancha Panza. Los asistentes aplaudieron calurosamente su buen hacer de
los cerca de treinta intérpretes.
Pasamos todos a continuación al Salón Rojo del edificio, donde se
sirvió un cóctel.
Día 24, sábado
Este día nos tocó madrugar a los miembros de la Junta Rectora, pues
tras asearnos y desayunar, teníamos que asistir a una reunión de la misma,
donde debíamos aprobar varios asuntos y preparar la asamblea general. Acabada
dicha reunión, que no se prolongó mucho, nos desplazamos la mayor parte de los
cronistas (pues algunos se incorporaron al agrupo de acompañantes que visitó la
Cartuja de Miraflores, como se puede deducir de las imágenes que se
adjuntan) al Salón Polisón del susodicho teatro burgalés, donde poco después de
la hora prevista tuvo lugar la Asamblea General, que trató los diversos asuntos
del Orden del Día, entre los cuales se dio a conocer que el XLIII Congreso
tendrá lugar y efecto en la ciudad de León, en los días 6, 7 y 8 de octubre de
2017.
Finalizada dicha Asamblea General, dio comienzo la Asamblea
Extraordinaria, necesaria para la renovación de cargos de la Junta Rectora, al
haberse cumplido cuatro años desde su designación en la ciudad alicantina de
Orihuela.
Compusieron la Mesa de Edad, don Enrique de Aguinaga López, como
Presidente, don René Payo Hernanz, como Secretario, y don Francisco-José
Franco Fernández, como Vocal.
Al presentarse un solo candidato para cada uno de los ocho puestos que
la componen, fueron reelegidos, como Presidente don Antonio-Luis Galiano
Pérez; Secretario General don Luis Lisón Hernández; y vocales don José
Antonio Fílter Rodríguez y don Francisco Rivero Domínguez. Y
elegidos para los cargos que se indican, Vicepresidente don Juan Alonso
Resalt; Tesorero don Ángel Ríos Martínez; y vocales don Francisco
Sala Aniorte y don Luis Romero Fernández.
La nueva Junta Rectora se reunió por primera vez, y mientras los
acompañantes se dirigían a visitar la Cartuja de Miraflores y el Museo de la
Evolución Humana, los cronistas participantes iniciaron la primera sesión de
trabajo con la lectura de sus respectivas comunicaciones. Sesión que se
prolongó hasta casi las 13 horas, en que nos dirigimos al citado Museo de la
Evolución Humana. Intervinieron en ella los murcianos Ángel Ríos Martínez,
con “Negra y Blanca”; Juan Romera Sánchez, con su comunicación
“Pesadilla”; y Matías Valverde García, con la titulada “¡Agua para
todos!”.
Vueltos al Hotel Silken, efectuamos la primera comida, y sin apenas
reposo de las viandas consumidas, nos aprestamos a la segunda sesión de
trabajo, convocada para las cinco de la tarde.
En ella leímos un resumen de nuestro trabajo, a la espera del que las
Actas recojan el texto completo, Francisco-José Franco Fernández, con
“Burgos, 1936-1939: crónicas de guerra en la prensa de Cartagena”; Luis
Lisón Hernández, con la ponencia “Presencia de Burgos en la historia de
Alguazas y Ojós”; y José-Antonio Melgares Guerrero, con la lectura de
“El topónimo «Burgos» y su repercusión en la toponimia y el devocionario
popular de la Región de Murcia”.
El Hotel Silken también nos acogió para la cena y, generalmente, nos
fuimos a descansar a nuestras respectivas habitaciones.
Día 25, domingo
Aunque se vaticinaban lluvias para este último día del congreso, o al
menos para la mañana del mismo, no fue así, y tuvimos un buen día, aunque un
poquito más fresco, que no obligó a ponerse ningún tipo de prendas de abrigo.
Creo que el buen clima de Murcia nos lo llevamos a Burgos para las tres
jornadas congresuales.
Prosiguiendo con nuestro relato, añadiré que una vez efectuado el correspondiente
desayuno, nos encaminamos por diversas rutas hacia el templo catedralicio,
donde estaba previsto asistir (voluntariamente) a la Sagrada Eucaristía.
Se ofició en la llamada capilla de Santa Tecla, y ofició la misa el
Deán de la Catedral, don Juan Álvarez Quevedo, quien encomendó el Santo
Sacrificio por las almas de los cronistas fallecidos desde el último congreso
nacional, y entre ellos por nuestro paisano don Francisco Cánovas Candel,
que ejerció su honrosa misión en la villa de Santomera.
Acabada la misa, que fue cantada por el “Coro Vetusta” de Oviedo, Melgares y yo departimos algunos minutos con el citado
Deán, teniendo como motivo principal la figura del anterior Arzobispo de Burgos
y paisano nuestro, don Francisco Gil Hellín, para quien nos dio recuerdos,
aunque dijo lo había visto recientemente por aquellas tierras burgalesas.
Tras la misa, visita primero a la Capilla del llamado “Cristo de
Burgos”, y posteriormente al resto de la Catedral, divididos en tres grupos.
Visita que, por necesidades de ajuste tuvo que ser breve, pese a lo cual alguno
de los grupos se despistó y continuó en ella hasta el punto de llegar al
“Cóctel de despedida” cuando los restantes estábamos terminado.
Previamente al cóctel tuvo lugar el Acto de clausura, que
también se retrasó una hora, donde el señor Galiano Pérez efectuó una
serie de agradecimientos, incluidos los miembros de la expedición mejicana.
Siguió en el uso de la palabra don Gabriel Pieras Salom, que en
nombre y recogiendo el sentir de todos los congresistas, felicitó a la
organización por el éxito en el desarrollo del presente congreso que ahora
finalizaba.
También pronunció unas palabras don Manuel González Ramírez, Presidente
de la Federación Nacional de Asociaciones
de Cronistas Mexicanos, “con el corazón en la mano”, por lo que supone
el convenio firmado para la apertura a conocimientos, etc. Añadió que aceptaba
los reconocimientos, y los agradecían, pues como dijo, “deben recibirse en
vida”. Finalizó diciendo “Muchas gracias. Nos seguiremos viendo”.
Seguidamente intervino don Fernando Martí Brito, Cronista
Oficial de Cancún en el estado de Quintana Roo, y previsto nuevo presidente de
aquella asociación hermana, que nos invitó al próximo congreso nacional (XL)
que celebrarán en Cancún hacia julio de 2017. Dio las gracias por todas las
atenciones recibidas y reiteró la invitación para que asistamos a su congreso.
A las 13:33 horas el señor Galiano clausuró el XLII Congreso.
A las tres de la tarde tres autocares salieron hacia el Monasterio de
Santo Domingo de Silos, llevando a la mayor parte de los congresistas. Allí
iniciamos una interesantísima visita, guiados por el Abad de la citada
Comunidad benedictina, don Lorenzo Maté Sadornil, que nos deleitó con su
interesante y pormenorizada relación.
Tras un largo rato de esparcimiento en aquellas dependencias, a las
siete de la tarde estaba previsto asistir a escuchar cantos, pero dada las
necesidades de nuestro conductor para cumplir su jornada de trabajo,
abandonamos el lugar a las seis menos cuarto de la tarde, para por la localidad
de Caleruega dirigirnos a la Autovía de Burgos, en dirección a Madrid. Tuvimos
la mala fortuna que a unos 74 km antes de llegar a Madrid empezaron una serie
de retenciones, que nos acompañaron hasta el enlace con la R-3.
La parada para cenar y repostar la hicimos de nuevo en la localidad de
Honrubia, a las 22:15 horas, y ya de un tirón viajamos hacia Murcia, a donde
llegamos cuando serían las dos menos cuarto de la madrugada. Juan Romera y su
hijo Antonio continuaron después viajando hacia su domicilio en Puerto
Lumbreras.
La expedición murciana ha quedado muy a gusto con el viaje, y el
conductor que hemos llevado. Antonio ha tenido una excelente actuación que
agradecemos cordialmente.
No quiero acabar esta reseña, sin agradecer a los miembros de la
expedición mejicana, las atenciones que han tenido para con mi persona, cuya
deferencia y trato amistoso guardaré para siempre entre mis recuerdos más
preciados.
Luis
Lisón Hernández
Secretario
General de la RAECO
Cronista de
Alguazas, Ojós y Sucina
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